En la restauración todos los israelitas, incluyendo el reino norteño de Israel y el reino sureño de Judá, serán muy ricos en toda clase de productos de la tierra. La tierra fue creada por Dios para producir una rica cosecha, pero debido a la caída del hombre, la tierra fue puesta bajo maldición de modo que produjese espinos, y el hombre ha tenido que trabajar fatigándose con sudor para obtener su alimento (Gn. 3:17-19). En la restauración, la tierra será restaurada a su condición original y será rica, fértil y productiva. Por tanto, habrá una siega asignada para Judá a fin de que ellos la disfruten. Véase la nota Is. 30:261 y la nota Jl. 3:181.
