El salmo 127 es la alabanza que, al subir a Sion, ofrecen los santos con respecto al cuidado y bendición provistos por Jehová a Su pueblo.
Sal. 120 título
Sal. 72 título
El salmo 127 es la alabanza que, al subir a Sion, ofrecen los santos con respecto al cuidado y bendición provistos por Jehová a Su pueblo.
A menos que el Señor edifique la iglesia como la casa de Dios (Mt. 16:18), aquellos que la edifican (1 Co. 3:10-12; Ef. 4:11-12, 16) trabajan en vano. A menos que el Señor guarde la ciudad, esto es, guarde la iglesia como el reino (Mt. 16:18-19; Ro. 14:17), quienes guardan la iglesia (Hch. 20:28-31) velan en vano.
Si el Señor no hace nada por nosotros, todo cuanto hagamos será en vano. Debemos laborar en el Señor y por Su gracia (1 Co. 15:10, 58; Col. 1:28-29), pero el resultado dependerá no de nuestra labor, sino del cuidado y bendición de Dios. En lugar de fatigarnos y esforzarnos en nosotros mismos, debemos poner nuestra confianza en Dios y descansar en Él, pues Él provee para Sus amados aun mientras duermen.
En lugar de esforzarnos sin poner nuestra confianza en el Señor, sencillamente debemos ser un buen padre que produce niños. No podremos lograr mucho laborando fatigosamente, pero podemos producir hijos espirituales (cfr. 1 Co. 4:15). Además de cuidar de nosotros, Dios nos bendice con aumento, con hijos. El aumento no depende de lo que hagamos, sino de cuánto nos dé Dios. Tanto el cuidado como la bendición provienen de Él.
Lit., Ellos.