Dios siempre bendice a Su pueblo desde Sion, esto es, desde los vencedores (cfr. Nm. 6:23-27 véase la nota Sal. 48:21b).

Dios siempre bendice a Su pueblo desde Sion, esto es, desde los vencedores (cfr. Nm. 6:23-27 véase la nota Sal. 48:21b).
El salmo 128 es la alabanza que, al subir a Sion, ofrece un santo con respecto a la bendición que Jehová da a Israel desde Sion (que representa a los vencedores en las iglesias, véase la nota Sal. 48:21b) y con respecto a la prosperidad de Jerusalén (que representa a la iglesia como el reino de Dios) en el disfrute de Israel.
La secuencia de los salmos 128—134, los siete salmos restantes de los Cánticos de ascenso gradual, es muy significativa. El salmo 128 habla de la bendición de Jehová dada a Israel desde Sion así como de la prosperidad de Jerusalén en el disfrute de Israel. El salmo 129 habla sobre el trato justo que Dios aplica a quienes persiguen a Israel y aborrecen a Sion. Debido a que Israel, al igual que los que le persiguen y le aborrecen, tiene muchos pecados e iniquidades, el salmo 130 es un salmo que habla sobre el perdón y la redención. Luego, el salmo 131 indica que después que experimentamos el perdón de Dios, nos volvemos personas humildes y serenas delante de Dios. En tal situación, Dios puede levantarse, entrar en nosotros y hacer de nosotros el lugar de Su reposo. Esto es Sion, que ha llegado a ser la morada de Dios, el lugar de Su reposo, según es revelado en el salmo 132. Después, el salmo 133 nos muestra que Sion, el lugar del reposo de Dios, es el lugar único donde los hermanos pueden reunirse en unidad y recibir la bendición ordenada por Dios, incluso vida para siempre. Finalmente, en el salmo 134 vemos que, primero, los hijos de Israel encargan a los sacerdotes alabar a Dios en la noche, y que, después, ellos bendicen a los sacerdotes; esto indica que los hijos de Israel, habiendo llegado a ser Sion, constituyen el pueblo más elevado de todos, incluso más elevado que los sacerdotes (cfr. He. 7:7).
Sal. 120 título