Véase la nota al encabezamiento de Sal. 32.
Véase la nota al encabezamiento de Sal. 32.
Sal. 3 título
Los salmos 52—67 pueden ser considerados las expresiones piadosas que los salmistas pronunciaron movidos por los complejos sentimientos surgidos en ellos al disfrutar de Dios en Su casa. Por un lado, los salmistas disfrutaron de Dios y de Su salvación; por otro, condenaron a sus enemigos y le pidieron a Dios que los juzgase y destruyera. En estos salmos, los sentimientos de los salmistas eran intensos, mixtos y complejos.
Los salmos en esta sección tratan sobre la humanidad en la esfera de la ética; ellos hablan de ser justos y rectos así como de conservar la integridad. Sin embargo, estas cosas no constituyen la espiritualidad revelada en el Nuevo Testamento. La revelación divina en la Biblia es progresiva. Apreciar debidamente el libro de Salmos requiere conocer la revelación de la economía de Dios en el Nuevo Testamento. La economía eterna de Dios consiste en que Dios mismo se imparte al hombre e infunde Sus riquezas en el interior del hombre (Ef. 3:8-9, 14-19) a fin de que Dios llegue a ser la vida del hombre y su suministro de vida. Por la vida de Dios y el abundante suministro de Su Espíritu vivificante (Fil. 1:19b), el hombre puede vivir a Dios y magnificarle (Fil. 1:20-21a) para que Él sea manifestado (1 Ti. 3:16a). De este modo, todos Sus escogidos podrán ser, corporativamente, la expresión de Dios como Su plenitud, Su organismo, la iglesia (Ef. 1:22-23; 3:19-21). En comparación con la norma espiritual revelada en el Nuevo Testamento, el nivel espiritual reflejado en estos salmos es muy inferior. Cfr. la nota Job 6:11, párr. 2.
En los vs. 1-7 David condenó al hombre malvado, y en los vs. 8-9 David habló sobre su disfrute de Dios en la casa de Dios. Aquí vemos una mezcla dispar del odio de David por sus enemigos con sus alabanzas a Dios. Véase la nota Sal. 3:71.
O, refugio.