El relato del juicio castigador de Dios sobre David consta aquí por escrito para servirnos de advertencia en la actualidad (1 Co. 10:11). Dios no sólo es amoroso y misericordioso, sino también justo y digno de ser temido. Por un lado, Dios perdonó a David (v. 13); pero por otro, lo disciplinó y castigó en conformidad con Su justicia gubernamental (vs. 10-14). Dios castigó severamente a David porque su pecado fue extremadamente malvado. Después de este fracaso de David, muchas iniquidades, incluyendo incesto, homicidio y rebelión, se suscitaron entre los miembros de su familia (cap. 13; 15:1—19:8a). Esta iniquidad sin precedentes en la familia de David se originó en que David diera rienda suelta a las concupiscencias de la carne. Esto nos muestra que la disciplina y las medidas gubernamentales aplicadas por Dios a los que le aman pueden incluso afectar a los hijos de éstos.

David, por ser un hombre conforme al corazón de Dios, le proporcionó a Dios la oportunidad de dar inicio a la era del reinado con miras al establecimiento del reino de Dios en la tierra para el Cristo venidero. ¡Cuán lamentable fue que David, en un momento crucial de las tentaciones del maligno, no ejerciera estricto control sobre su concupiscencia, sino que diera rienda suelta a la misma y cometiera un pecado grave que ofendió a Dios en gran manera! Dios amaba a David, pero a causa de su pecado, David perdió su buena reputación y la posición que tenía así como a once de las doce tribus (2 S. 20:1-2). El pecado de David sembró la semilla de la corrupción de Salomón (véase la nota 2 S. 12:24^1a), lo cual resultó en la división del reino dado por Dios (1 R. 11:9-13; 12:1-17), y sembró también la semilla de la corrupción que los descendientes de Salomón manifestarían al ejercer el reinado, lo cual, a la postre, tuvo como resultado que el pueblo perdiera tanto su patria como la tierra santa de sus antepasados, que el pueblo santo fuese llevado al cautiverio y que fuesen dispersados por toda la tierra sin poder gozar de paz hasta el día de hoy.

Que significa pacífico. Esto indica que David probablemente tenía la expectativa de gozar de tiempos apacibles; pero a partir de entonces, no hubo paz en la familia de David ni en todo el reino de Israel.

Que significa amado por Jehová. Después que David se arrepintió delante de Dios (Sal. 51), Dios le perdonó su pecado y le dio un hijo que era el amado de Dios. Aun así, Dios disciplinó a David por causa de Su justicia (véase la nota 2 S. 12:10^1a). Por un lado, Dios es justo al aplicar Su disciplina gubernamental; por otro, Él es amoroso y misericordioso, lleno de bondad, gracia y perdón. Véase la nota Mt. 1:6^3c, párr. 1.