Según los vs. 3-6 y Zac. 8:19a, el pueblo de Israel —al practicar su religión ritualista— lloraba, ayunaba y se apartaba para ello: en el décimo mes para lamentarse por el ataque y sitio padecido por Jerusalén a manos de los babilonios (Jer. 52:4), en el cuarto mes para lamentarse por haber sido derrumbado el muro de la ciudad de Jerusalén (2 R. 25:3-4), en el quinto mes para lamentarse por haber sido quemado el templo de Dios y la ciudad de Jerusalén (Jer. 52:12-13), y en el séptimo mes para lamentarse por el asesinato de Gedalías (2 R. 25:22-26). En los vs. 7-14 y en Zac. 8:16-17, 19b, Jehová le aconsejó a Israel que abandonara la vanidad de su religión ritualista para volverse a Jehová y a la realidad de una vida piadosa, una vida llena de justicia, benevolencia amorosa, compasión, verdad y paz. Esto traería los tiempos de restauración descritos en Zac. 8:2-23.