Algunas versiones antiguas añaden: a los hebreos.
Algunas versiones antiguas añaden: a los hebreos.
Es decir, el Nilo. Así también en todo el libro.
Al comienzo del Antiguo Testamento, Satanás visitó a una mujer, Eva, y la usó para impartir muerte a la vida masculina (Gn. 3:1-6), pero al comienzo del Nuevo Testamento, Dios visitó a la virgen María y se valió de ella para traernos Su salvación (Lc. 1:26-38; 2:30). Bajo el mismo principio, Faraón intentó usar a las parteras para matar la vida masculina, pero Dios se valió de ellas para mantener viva la vida que sirve a Su propósito.
Según la Biblia la vida masculina representa la vida que sirve para el propósito de Dios (cfr. Gn. 1:26; 1 Co. 11:7a; Ef. 2:15; Ap. 12:5), y la vida femenina, especialmente entre los seres humanos caídos, representa la vida que sirve para el placer del hombre (cfr. Gn. 2:18; 1 Co. 11:9). Que Faraón se hubiera propuesto matar a los hijos y dejar vivir a las hijas tipifica la estrategia de Satanás que consiste en destruir la vida que sirve para el propósito de Dios y conservar la vida que sirve para el placer del hombre.
Lit., las piedras.
Cfr. Gn. 11:3 y la nota.
En hebreo los dos nombres significan, respectivamente, boca de integridad y trueno de la norma. Estos nombres indican que dichas ciudades fueron construidas para ser motivo de orgullo y jactancia.
El libro de Génesis concluye con un hombre muerto puesto en un ataúd en Egipto (Gn. 50:26). Esto indica que el pueblo escogido de Dios se encontraba en una situación de muerte en Egipto. Aunque ellos se hallaban en muerte, estaban muy vivos y activos (cfr. v. 7). Mientras se ganaban el sustento en Egipto y disfrutaban de los placeres de Egipto, eran usurpados y esclavizados por Faraón, a quien servían con rigor (vs. 10-14; 2:23; 5:6-18). Así, habían sido detenidos en lo que respecta a cumplir el propósito para el cual Dios los había creado y escogido. La situación de los hijos de Israel al estar en Egipto bajo la tiranía de Faraón es un cuadro completo de la vida que lleva la humanidad caída en el mundo bajo la mano usurpadora y esclavizante de Satanás y su poder maligno de las tinieblas. Véase Ef. 2:1-3 y las notas.
Lit., almas.
Como relato histórico, Éxodo es la continuación de Génesis; sin embargo, Éxodo presenta el aspecto corporativo de la experiencia espiritual del pueblo de Dios, mientras que Génesis presenta principalmente el aspecto individual. Estos dos aspectos conforman la experiencia espiritual completa del pueblo de Dios.