Los vs. 3-8 indican que la causa de la visitación (para castigar) de Jehová fue que Israel no era uno con Dios. Ellos tenían su propia intención, meta y propósito, mientras que Dios tenía el Suyo. No obstante, Dios reveló todos Sus secretos a Sus profetas (v. 7). Por tanto, Israel debía haber escuchado a los profetas.