En los ocho casos anteriores, hallados en los caps. 3—10, la religión era lo que más estorbaba y se oponía a la vida. Aquí, fuera de la religión y sobre un nuevo terreno, la vida iba a resucitar un muerto. Aquí la vida ya no se enfrentaba con la religión y sus ritos, sino que fue estorbada por muchas opiniones humanas: las opiniones de los discípulos (vs. 8-16), la opinión de Marta (vs. 21-28), la opinión de María (vs. 32-33), la opinión de los judíos (vs. 36-38), y nuevamente la opinión de Marta (vs. 39-40). Las opiniones, que proceden del conocimiento, pertenecen al árbol del conocimiento, pero aquí el Señor verdaderamente es el árbol de la vida que el hombre puede disfrutar.
