En este evangelio, la primera sección, caps. 1—13, describe la manera en que el Señor como Dios mismo, como Hijo de Dios, vino por medio de la encarnación para introducir a Dios en el hombre, a fin de ser la vida del hombre, para que la iglesia fuera producida. La segunda sección, caps. 14—21, describe la manera en que el Señor, como Hijo del Hombre, pasó por la muerte y la resurrección para introducir al hombre en Dios a fin de que el hombre y Dios, Dios y el hombre, fueran edificados y llegaran a ser una morada mutua. Este capítulo, al final de la primera sección, es una línea divisoria y un punto donde el libro hace un giro.
