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Capítulos de libros «El Evangelio de Juan»
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  • La puerta de las Ovejas representa la puerta del redil de la religión que guarda la ley (Jn. 10:1).

  • Betesda significa casa de misericordia, lo cual quiere decir que aquellos que observaban la ley necesitaban la misericordia de Dios ya que eran impotentes, débiles y desdichados, como se muestra en Ro. 7:7-24.

  • Pórticos representa el refugio de la religión que guarda la ley, un refugio como el que provee un redil. El número cinco significa responsabilidad.

  • Esto significa que bajo el refugio de la observancia de la ley, en el redil de la religión, hay muchos ciegos, cojos y paralíticos, personas que no pueden ver, no pueden andar y carecen del suministro de vida.

  • Algunos mss. omiten la última parte del v. 3 y todo el v. 4.

  • Aquí el ángel representa el instrumento con el cual la ley, que no podía dar vida, fue dada (Gá. 3:19, 21).

  • La agitación del agua para sanar a la gente representa el intento de perfeccionar a la gente mediante la práctica de guardar la ley.

  • O, completo. Así también en el v. 6.

  • Este hombre enfermo e incapacitado no era feliz, ni siquiera en el gozoso día de fiesta (v. 1), y no tenía reposo, ni siquiera en el Sábado (v. 10).

  • Esta señal significa que cuando la práctica de guardar la ley en la religión judía llegó a ser algo irrealizable debido a la incapacidad del hombre (Ro. 8:3), el Hijo de Dios vino para vivificar a los muertos (v. 25). La ley no puede dar vida (Gá. 3:21), pero el Hijo de Dios da vida a los muertos (v. 21). “Cuando aún éramos débiles” (Ro. 5:6), Él vino para darnos vida.

  • En la religión que guardaba la ley había un medio para sanar, pero el hombre incapacitado no pudo recibir tal beneficio por no tener la fuerza para cumplir con los requisitos de la ley. Guardar la ley en la religión depende del esfuerzo humano, de las obras humanas, de la superación personal humana. Puesto que el hombre es impotente, guardar la ley en la religión viene a ser ineficaz. La ciudad santa, el santo templo, la fiesta, el día de Sábado, los ángeles, Moisés y las Escrituras son las cosas buenas de esta religión; sin embargo, no pudieron hacer nada por este hombre incapacitado. A los ojos del Señor, él era un muerto (v. 25) que necesitaba no sólo ser sanado, sino también vivificado. Para ser vivificado por el Señor, no hay ningún requisito. El hombre incapacitado escuchó Su voz y fue avivado (v. 25).

  • Un pequeño colchón o estera; así también en los vs. 9-12.

  • Según los vs. 24-25, esto es pasar de muerte a vida y vivir. Según el principio establecido en el Jn. 2, esto es cambiar la muerte en vida.

  • Antes el lecho cargaba al hombre incapacitado, pero ahora el hombre vivificado cargaba el lecho.

  • La vida que vivifica quebró el ritual de la religión. La religión se ofendió con la vida, y comenzó a oponerse a la vida desde ese mismo momento (vs. 16, 18).

    El día de Sábado fue dado para el hombre (Mr. 2:27) y debe ser un reposo para él. Guardar la ley en la religión no trajo reposo al hombre que había estado enfermo por treinta y ocho años, pero la vida que lo vivificó sí lo hizo. Sin embargo, a los religiosos sólo les importaba el rito de guardar el Sábado; no tenían interés alguno en el reposo de este hombre enfermo.

  • Esto indica que la enfermedad de este hombre se debía a su pecado.

  • Algunos mss. omiten: y procuraban matarle.

  • Dios concluyó Su obra creadora (Gn. 2:1-3); no obstante, el Padre y el Hijo seguían trabajando para la redención y la edificación.

  • Los religiosos, por un lado, guardaban el Sábado, pero por otro, procuraban matar a Jesús. ¿Cómo podían ellos tener reposo? Debido a su concepto religioso ellos pensaban que matar a aquellos que no guardaran sus ritos religiosos era rendir servicio a Dios (Jn. 16:2). Los conceptos religiosos, pues, son el veneno que Satanás da a la gente, haciendo que ellos maten, así como él envenena a la gente con el pecado.

  • En realidad el Hijo y el Padre son uno solo (Jn. 10:30).

  • Véase la nota Jn. 3:151.

  • O, condenación.

  • La fuente de la muerte es el árbol del conocimiento, y la fuente de la vida es el árbol de la vida (cfr. Gn. 2:9, 17). Por lo tanto, pasar de muerte a vida es cambiar la fuente por la cual uno vive.

  • No los que están muertos físicamente, sino los que están muertos en espíritu, según Ef. 2:1, 5 y Col. 2:13. Por lo tanto, en este versículo vivir significa estar vivo en el espíritu. No se refiere a la resurrección del cuerpo físico, lo cual se menciona en los vs. 28-29.

  • El Señor es el Hijo de Dios (v. 25); por lo tanto, puede dar vida (v. 21); Él también es el Hijo del Hombre, por tanto, puede ejecutar el juicio.

  • Se refiere a todos aquellos que están muertos físicamente y sepultados en una tumba. Por lo tanto, salir del sepulcro, en el v. 29, equivale a resucitar físicamente.

  • Ésta es la resurrección de los creyentes salvos, la cual ocurrirá antes del milenio (Ap. 20:4, 6; 1 Co. 15:23, 52; 1 Ts. 4:16). Cuando regrese el Señor Jesús, los creyentes que hayan muerto resucitarán para disfrutar la vida eterna. Por lo tanto, a esta resurrección se le llama la resurrección de vida.

  • Véase la nota Jn. 3:201.

  • Ésta es la resurrección de los incrédulos que hayan muerto, y tendrá lugar después del milenio (Ap. 20:5, 12). Todos los incrédulos que hayan muerto serán resucitados después del milenio y serán juzgados ante el gran trono blanco (Ap. 20:11-15). Por consiguiente, esta resurrección es llamada la resurrección de juicio.

    En este capítulo, los vs. 24-26 hablan de la vivificación del espíritu; los vs. 28-29, de la resurrección de todo el ser, incluyendo el cuerpo.

  • O, condenación.

  • La misma palabra griega que se traduce realidad en Jn. 1:14, 17. El versículo anterior dice que Juan dio testimonio de Cristo; este versículo dice que Juan dio testimonio en favor de la verdad. Esto demuestra que la verdad aquí mencionada es Cristo (Jn. 14:6). Según la revelación completa de este evangelio, la verdad es la realidad divina corporificada, revelada y expresada en Cristo, el Hijo de Dios. Véase la nota 1 Jn. 1:66.

  • Véase la nota Jn. 1:61; así también en el v. 38.

  • Esto se refiere al testimonio que el Padre dio del Señor cuando éste fue bautizado (Mt. 3:17). En esa ocasión los judíos oyeron la voz del Padre y vieron la forma del Espíritu Santo (Lc. 3:22), aunque antes de esa ocasión ellos nunca habían oído Su voz ni visto Su forma.

  • Es posible escudriñar las Escrituras y no venir al Señor (v. 40). Los religiosos judíos escudriñaban las Escrituras pero no estaban dispuestos a venir al Señor. Estas dos cosas deben ir juntas. Puesto que las Escrituras dan testimonio del Señor, no deben estar separadas de Él. Es posible tener contacto con las Escrituras sin tener contacto con el Señor. Sólo el Señor puede dar vida.

  • Véase la nota Jn. 5:391.

  • El hecho de que el Hijo esté en el nombre del Padre equivale a que el Hijo sea el Padre; por lo tanto, Él es llamado el Padre (Is. 9:6). Esto demuestra que el Hijo y el Padre son uno (Jn. 10:30). Véase la nota Jn. 14:262.

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