Que Amán fuese ascendido por el rey respondía, sin duda, a la instigación de Satanás, el adversario de Dios.
Que Amán fuese ascendido por el rey respondía, sin duda, a la instigación de Satanás, el adversario de Dios.
Los agagueos eran enemigos de Dios. Dios había encargado a Saúl que los aniquilara a todos, pero Saúl no lo hizo y en esto ofendió a Dios (1 S. 15).