El pueblo recobrado de Dios tiene la presencia de Dios, Dios está en medio de ellos, y ellos están delante de Dios (vs. 30-31). Esto describe la perfecta comunión con Dios, la comunión en unidad, en la mezcla de Dios y el hombre, en la cual somos uno con Dios y Él es uno con nosotros.
