Es decir, Edom (v. 15). Que el juicio sobre Edom se repita aquí (cfr. Ez. 25:12-14) indica que en el proceso del recobro que Dios efectúa mediante la vida, todavía hay necesidad del juicio de Dios, particularmente sobre Edom, que tipifica al viejo hombre (véase la nota Ez. 25:121a). Debido a que es muy difícil tomar medidas con respecto al viejo hombre, el juicio sobre éste tiene que repetirse una y otra vez hasta el día de la redención de nuestro cuerpo (Ef. 4:30). A fin de recobrarnos y hacer de nosotros el nuevo hombre, Dios tiene que juzgar nuestro viejo hombre, nuestra vieja creación (Ro. 6:6; Ef. 4:22-24; Col. 3:9-11).