Es probable que haya sido Simeón quien tomó la delantera en el complot para asesinar a José (cfr. Gn. 49:5-7).
Es probable que haya sido Simeón quien tomó la delantera en el complot para asesinar a José (cfr. Gn. 49:5-7).
Esto fue hecho para despertar sus conciencias y hacerles ver su culpa al aborrecer a José y venderlo (vs. 21-22).
El relato de la vida de José nos revela el gobierno del Espíritu, pues el gobierno que ejerce el Espíritu es el aspecto reinante de un santo que ha alcanzado la madurez. Aunque en José bullíanmuchos afectos y sentimientos humanos con respecto a sus hermanos (v. 24; 43:30-31; 45:1-2), él se mantuvo sujeto —junto con todos sus sentimientos— al gobierno del Espíritu. Él trató a sus hermanos con sensatez, sabiduría y discernimiento, disciplinándolos conforme a la necesidad de ellos a fin de perfeccionarlos y edificarlos como una sola entidad colectiva, un pueblo que viviera unido como testimonio de Dios en la tierra (cfr. Gn. 45:24). José se negó a sí mismo y se sujetó por completo a la dirección soberana de Dios, conduciéndose íntegramente en pro de los intereses de Dios y de Su pueblo. La vida que José llevó sujeto a las restricciones impuestas por Dios, la cual es un retrato del vivir humano de Cristo (Jn. 5:19, 30; 7:16, 18; 14:10), manifestó la madurez y perfección de la vida divina e introdujo el reino de Dios.
El relato de la relación entre José y sus hermanos en los caps. 42—45 es una descripción detallada de la relación entre Cristo y la nación de Israel:
1) Así como los hermanos de José se vieron obligados a acudir a él en busca de alimentos (vs. 1-5; 43:1-15), los hijos de Israel se verán obligados a volverse a Cristo para seguir existiendo (Zac. 12:10; Ro. 11:26).
2) Así como los hermanos de José permanecieron ignorantes con respecto a él (vs. 8, 28; 43:32-34; 44:14-34), así también el pueblo de Israel permanece ignorante con respecto a quién es Cristo hoy.
3) Así como José puso a prueba a sus hermanos y los disciplinó después que se vieron obligados a acudir a él (vs. 15-24; 44:1-13), así también Cristo pondrá a prueba a Israel y lo disciplinará cuando ellos estén en proceso de volverse a Él (Zac. 13:8-9).
4) Al mismo tiempo que disciplinaba a sus hermanos, José los amaba y cuidaba en secreto (v. 25; 43:16, 25-34); asimismo, al final de esta era, Cristo manifestará secretamente Su amor a Israel y proveerá para sus necesidades (cfr. Ap. 7:2-8).
5) Así como José finalmente se dio a conocer a sus hermanos, que permanecían ignorantes respecto a él (Gn. 45:1-4, 14-16), Cristo se dará a conocer a la nación de Israel, que permanecía ignorante respecto a Él (Ro. 11:26).
6) Así como los hermanos de José finalmente le reconocieron (Gn. 45:15), los israelitas reconocerán a Cristo (Zac. 12:10).
7) Así como José reveló a sus hermanos su exaltación y gloria (Gn. 45:1, 8, 13), Cristo revelará Su exaltación y gloria al remanente de Israel (Mi. 5:3-4; Mt. 24:30).
8) Los hermanos de José participaron en el disfrute del reinado de José, quien los cuidó de manera especial por ser ellos el testimonio de Dios en la tierra (Gn. 45:16-24; 47:11-12; 50:21); asimismo, en el milenio Israel participará en el disfrute del reinado de Cristo, quien cuidará de manera especial de Israel como testimonio de Dios entre las naciones (Is. 2:2-3; 61:6; Zac. 8:23; 14:16-19).
Tanto la hambruna como el hecho de que Jacob enviara sus hijos a Egipto fueron usados por Dios para tratar con Jacob a fin de hacerlo madurar en vida. Durante su larga espera por el retorno de sus hijos, Jacob fue despojado de todas sus preocupaciones (v. 36; 43:13-14) a fin de que Dios pudiera llenarlo con el elemento de la vida divina. Véase la nota Gn. 45:261.