El niño nacido de una virgen humana (Is. 7:14) es el Hijo dado por el Padre eterno. Cristo es el niño nacido tanto de la naturaleza divina como de la naturaleza humana (Mt. 1:20-23), y Él también es el Hijo en la naturaleza divina dado por el Padre eterno. Mediante el nacimiento del niño divino-humano, el Padre eterno nos dio a Su Hijo divino como regalo. Mediante este regalo, todo el que cree en este Hijo amado, o sea, todo el que lo recibe, recibe la vida eterna (Jn. 3:16; 1 Jn. 5:11-12). Véase la nota Is. 7:141d.
