Cuando estaba débil o en problemas, el pueblo de Israel era frecuentemente tentado a retornar a Egipto, que tipifica el mundo, y a tomar a Egipto como su refugio, lo cual es contrario a la voluntad de Jehová (Jer. 42:14—43:7; Is. 30:1-3; 31:1-3). El hecho de que Egipto no ayudase a Judá cuando éste era asediado por los caldeos (Jer. 37:5-8) es una señal de que el pueblo de Dios no debe poner su confianza en el mundo.