La declaración que Job hace de que su Redentor vive respondía a su perspectiva objetiva, la cual era incompleta con respecto a la economía de Dios. A diferencia de ello, el Nuevo Testamento nos habla conforme a una perspectiva subjetiva al declarar que Cristo, nuestro Redentor, vive en nosotros y hace Su hogar en nuestros corazones (Gá. 2:20; Ef. 3:17).
