Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Rápida transición a las notas a los libros del Nuevo Testamento
AT
-
Rápida transición a las notas a los libros del Antiguo Testamento
Cap.
-
Capítulos de libros «Job»
Чтения
Marcadores
Mis lecturas
  • Job estaba turbado, perplejo y enredado en gran manera a causa del sufrimiento que le infligían los desastres que sobrevinieron sobre sus posesiones y sus hijos así como por la plaga que afectaba su cuerpo, todo ello pese a su perfección, rectitud e integridad. Cuando Job maldijo el día de su nacimiento, lo cual equivalía a maldecir a su propia madre, él ciertamente no fue perfecto ni recto, ni tampoco retuvo su integridad; más bien, fracasó por completo en cuanto a ser íntegro.

    La intención que Dios tenía con respecto a Job era consumirlo y despojarlo de sus logros, sus éxitos, relacionados con el nivel más alto de ética en perfección y rectitud (Job 1:1). La intención de Dios también era demoler al Job natural en cuanto a su perfección y rectitud para poder edificar un Job renovado con la naturaleza y los atributos de Dios. La intención de Dios no era obtener un Job que estuviera en la línea del árbol del conocimiento del bien y del mal, sino un Job en la línea del árbol de la vida (Gn. 2:9). Por último, la intención de Dios era hacer de Job un hombre de Dios (1 Ti. 6:11; 2 Ti. 3:17), lleno de Cristo, la corporificación de Dios, que fuese la plenitud de Dios para la expresión de Dios en Cristo (Ef. 3:14-21). Tal hombre de Dios, cuyo elemento constitutivo —en conformidad con la economía divina— sería Dios mismo, jamás se vería enredado por dificultad o problema alguno al punto de maldecir su nacimiento y preferir morir antes que vivir. Véase la nota Job 3:111.

  • La experiencia que tuvo Job en el Antiguo Testamento de ser consumido y despojado por Dios estaba muy rezagada con respecto a la experiencia que tuvo Pablo en el Nuevo Testamento. Dios primero despojó a Job de sus posesiones (Job 1:13-19) para después consumirlo al padecer éste una plaga en su cuerpo (Job 2:7). En el Nuevo Testamento, ser consumido y despojado por Dios llega a ser algo placentero. Desde el día de su conversión, Pablo fue alguien a quien Dios consumió y despojó (2 Co. 4:8-18; Fil. 3:7-8). Sin embargo, cuando Pablo padecía necesidades por causa de Cristo, se complacía en ello (2 Co. 12:10), e incluso se regocijaba en el Señor por sus experiencias (Col. 1:24; Fil. 4:4). En contraste, Job no se regocijaba, sino que estaba constantemente irritado.

    Al ser consumido y despojado por Dios, Pablo no era estrecho pese a estar oprimido en todo aspecto ni tampoco fue destruido pese a haber sido derribado (2 Co. 4:8-9). Él no se desanimaba, sino que tenía la expectativa de morir para poder manifestar la vida de Cristo y de ser consumido diariamente para poder ser renovado, de modo que mediante una leve tribulación momentánea fuese aumentado el eterno peso de gloria del cual él sería partícipe en las eras venideras (2 Co. 4:10-12, 16-17; cfr. Ro. 8:18). A diferencia de Job, Pablo no maldijo el día de su nacimiento, ni tampoco dijo que prefería morir antes que vivir. Por el contrario, después de mucha consideración Pablo dijo que prefería vivir antes que morir debido a que, para él, el vivir era Cristo (Fil. 1:21-25). Pablo vivía a Cristo con el fin de magnificarlo, ya sea por vida o por muerte, mediante la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo (Fil. 1:19-20). A él no le importaba la vida o la muerte; lo único que le importaba era vivir a Cristo a fin de magnificarlo. Cuando Dios creó al hombre, ésta era la clase de vida que Él quería que el hombre viviera.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración