La vindicación que Job hace de sí mismo en los caps. 6 y 7 es un extracto de todo este libro. Al vindicarse, Job presentó sus reclamos (vs. 1-7), desafió a Dios (vs. 8-13), culpó a sus amigos (vs. 14-23), se justificó a sí mismo (vs. 24-30), manifestó poseer el común conocimiento de la vanidad y el fin de la vida humana (Job 7:1-10) y concluyó diciendo que aborrecía la vida y deseaba morir (Job 7:11-21). Job desafió a Dios y a sus amigos a darle una respuesta; sin embargo, la respuesta al libro de Job no se halla en este libro, sino en el Nuevo Testamento (véase la nota Job 2:131, párr. 2 y la nota Job 42:171).
Al igual que sus amigos, Job se detuvo en el conocimiento de lo correcto y lo incorrecto, sin conocer la economía de Dios, sin comprender de manera adecuada el propósito por el cual Dios había creado al hombre. Job y sus amigos carecían de la revelación divina y de la experiencia de la vida divina. Él no tenía idea de que Dios no se había propuesto edificar su perfección, rectitud, justicia e integridad, sino que, más bien, Dios se había propuesto despojarlo de todas estas virtudes humanas en las que Job basaba su contentamiento, de modo que Job pudiera buscar únicamente a Dios y ganara a Dios mismo únicamente. Ni él ni sus amigos se encontraban en la línea del árbol de la vida, según Dios dispuso para el hombre (Gn. 2:9, 16-17).