Fue en Gn. 3 que el hombre comenzó a abandonar a Dios cuando, engañado por Satanás, abandonó a Dios, el árbol de la vida, para unirse a Satanás, el árbol del conocimiento (Gn. 2:9, 16-17; 3:1-6). Ingerir del árbol del conocimiento equivale a casarse con Satanás y divorciarse de Dios. Desde el inicio de su existencia, el hombre ha abandonado a Dios y se ha unido a Satanás al tomar muchas cosas como sustitutos de Dios (ídolos). Este acto de abandonar a Dios y unirse a Satanás —presentado aquí en el hecho de que Israel abandone a Jehová y se una a los ídolos— constituye el principal factor causante del caos que impera en la sociedad humana e, incluso, en Israel. Véase Jer. 2:13 y la nota.