El Ángel de Jehová es Dios mismo quien, en Su Trinidad Divina, sirve a Sus elegidos en calidad de Siervo (cfr. He. 1:14). La corporificación del Dios Triuno es Cristo, y Cristo es el Ángel de Jehová, Jehová mismo en acción, que en el Antiguo Testamento cuidó de Israel (véase la nota Éx. 3:21b). Que Cristo sea el Ángel de Jehová significa que Dios se ha designado y comisionado a Sí mismo en Su Trinidad Divina para efectuar el cuidado de Su pueblo.
Debido a que Israel no actuó como corresponde a una esposa apropiada, el propio Jehová, quien era el Marido, la Cabeza y el Rey de Israel, se convirtió en un Siervo para Su esposa. Él vino a ella no como su Marido, Cabeza o Rey, sino como Ángel de Jehová, que fue enviado por Jehová (Zac. 2:9-11). Puesto que Israel no consideró a Jehová como Cabeza, Él se hizo Siervo para servir a Su esposa. Por ello, en los vs. 1-3, Él no reprende a Israel ni le da órdenes, sino que le amonesta como lo haría un siervo.