Mostrar cabecera
Ocultar сabecera
+
!
NT
-
Rápida transición a las notas a los libros del Nuevo Testamento
AT
-
Rápida transición a las notas a los libros del Antiguo Testamento
Cap.
-
Capítulos de libros «La Epístola a Los Hebreos»
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
11 12 13
Чтения
Marcadores
Mis lecturas
  • En este libro hay cinco advertencias, cada una de las cuales acompaña a un punto principal. La primera advertencia aparece en los vs. 1-4 y acompaña al primer punto principal, desarrollado en He. 1:4-14; 2:1-18, el cual muestra que Cristo es superior a los ángeles.

  • O, los pasemos de largo.

  • En principio, aquí escapar se refiere a escapar de recibir una retribución, tal como se menciona en el v. 2. Si descuidamos una salvación tan grande, es correcto y justo que recibamos cierta retribución.

  • Aquí la salvación se refiere a lo mencionado en He. 1:14. Ésta es la plena salvación de Dios, que va desde el perdón de los pecados hasta la participación en el glorioso reino venidero. Esto se refiere no sólo a lo que Cristo ha hecho y hará por nosotros, sino también a Cristo mismo, quien es poderoso para salvarnos por completo (He. 7:25). Como el Hijo de Dios, es decir como Dios, y como el Hijo del Hombre, es decir como hombre, Él es nuestra salvación. Su persona maravillosa junto con Su obra espléndida constituyen esta salvación tan grande, una salvación que ninguno de nosotros debe descuidar. Nuestra negligencia será causa de que perdamos
    1) la parte más preciosa de esta salvación tan grande, o sea, disfrutar a Cristo como nuestra vida salvadora y nuestro reposo en esta era
    2) la parte más gloriosa de esta salvación tan grande, o sea, heredar el glorioso reino de Cristo en la era venidera.
    Estos dos puntos son plenamente desarrollados y tratados en los siguientes capítulos de este libro.

  • Los repartimientos del Espíritu Santo, que incluyen al propio Espíritu Santo, son lo que Él distribuye a los que reciben la salvación al creer.

  • Lit., la tierra habitada que está por venir. Es decir, la tierra que llegará a ser el reino del Señor en la era venidera (Sal. 2:8; Dn. 2:35; Ap. 11:15).

  • El primer hombre, Adán, creado por Dios en Gn. 1, fracasó y no cumplió el propósito de Dios con el hombre. El salmo 8 hace alusión, por medio de la profecía, a otro hombre, un hombre que reemplazaría al primer hombre y que cumpliría el propósito de Dios. Este capítulo nos dice que el otro hombre, el segundo hombre, Jesús, vino e hizo mucho por el cumplimiento del deseo de Dios en cuanto al hombre, deseo que se revela en Gn. 1:26, 28 y al cual se alude en Sal. 8:4-8. Así que, en todo lo que Adán, el primer hombre, fracasó, Cristo, el segundo hombre, tuvo éxito reemplazando al primer hombre.

    Este capítulo es el cumplimiento de las profecías de Sal. 8 y Sal. 22, acerca de los pasos principales dados por Cristo como hombre para cumplir el propósito de Dios. En la encarnación Él participó de la naturaleza humana (v. 14). En la crucifixión sufrió la muerte por todo (v. 9) y destruyó al diablo (v. 14). En la resurrección produjo los muchos hijos de Dios, Sus hermanos, para formar la iglesia (vs. 10-12). En la exaltación fue coronado de gloria y de honra. Todos estos pasos le hacen idóneo para ser nuestro Sumo Sacerdote (v. 17).

  • O, inferior por poco tiempo. Así también en el v. 9.

  • La gloria es el esplendor relacionado con la persona de Jesús; la honra se refiere a la preciosidad del valor, mérito y dignidad de Jesús, lo cual está relacionado con Su posición (2 P. 1:17; cfr. 1 P. 2:17; Ro. 13:7). En 1 P. 2:7 la palabra griega que se traduce preciado es la misma palabra traducida honra aquí.

  • En la eternidad Cristo era el Creador, ilimitado y omnipresente, pero cuando se hizo hombre, en el tiempo, fue limitado para poder un día ir a la cruz a fin de eliminar el problema universal: la muerte. A fin de sufrir la muerte y así destruirla y anularla, Cristo tuvo que hacerse hombre y perder Su libertad temporalmente, por treinta y tres años y medio. En este sentido, durante ese período Él fue inferior a los ángeles. Sin embargo, tres días después de Su muerte resucitó dejando esa inferioridad y hoy es muy superior a todos los ángeles.

  • O, todos. El Señor Jesús efectuó la redención no sólo por el hombre, sino por todas las cosas creadas por Dios. En consecuencia, Dios puede reconciliar todas las cosas consigo por medio de Cristo (Col. 1:20). Esto es claramente tipificado por la redención efectuada por medio del arca de Noé, en la cual fueron salvas no sólo ocho personas, sino todos los seres vivientes creados por Dios (Gn. 7:13-23).

  • Se refiere a Dios, quien creó todas las cosas.

  • Aquí los muchos hijos son los muchos hermanos mencionados en Ro. 8:29 y los muchos granos de Jn. 12:24.

  • El último paso de la gran salvación de Dios es introducir en la gloria a los muchos hijos de Dios. Romanos 8 nos dice que la obra de gracia que Dios nos aplica comenzó con Su presciencia, pasó por la predestinación, el llamamiento y la justificación, y concluirá con la glorificación (Ro. 8:29-30). Romanos 8 nos revela también que toda la creación aguarda con anhelo la revelación (la glorificación) de los hijos de Dios, con la esperanza de que la creación misma entre en la libertad de la gloria de los hijos de Dios (Ro. 8:19-21). Esto será realizado por el regreso del Señor (Fil. 3:21), cuando seremos manifestados con Él en gloria (Col. 3:4); ésta es nuestra esperanza (Col. 1:27). La glorificación de los hijos de Dios, como meta de la salvación de Dios, durará por todo el reino milenario y será manifestada plenamente en la Nueva Jerusalén por la eternidad (Ap. 21:11, 23).

  • Perfeccionar a Jesús era hacerlo perfecto en términos de Su capacitación. Esto no implica que hubiera alguna imperfección de virtud o atributo en Jesús, sino únicamente que se requería de la compleción de Su experiencia de los sufrimientos humanos a fin de capacitarlo para ser el Autor, el Líder, de la salvación de Sus seguidores.

    Como el Dios que existe por Sí mismo y para siempre, el Señor Jesús es completo y perfecto desde la eternidad hasta la eternidad, pero era necesario que fuese perfeccionado a través de los siguientes procesos: la encarnación, la participación de la naturaleza humana, el vivir humano, la crucifixión, la resurrección y la ascensión. Así fue habilitado para ser el Cristo de Dios y el Salvador nuestro.

  • O, Capitán, Originador, Inaugurador, Líder, Pionero. La salvación mencionada en este versículo, en el v. 3 y en He. 1:14 nos salva de nuestra condición caída y nos introduce en la gloria. Jesús como el Pionero, el Precursor (He. 6:20), fue el primero en entrar en la gloria, y nosotros Sus seguidores tomamos el mismo camino para ser introducidos en la misma gloria, la cual Dios dispuso para nosotros (1 Co. 2:7; 1 Ts. 2:12). Él abrió el camino, y hoy nosotros seguimos el camino. Por lo tanto, Él no sólo es el Salvador que nos rescató de nuestra condición caída, sino también el Autor que como Pionero entró en la gloria para que nosotros seamos llevados a la misma condición.

  • El que santifica es Cristo, el Hijo primogénito de Dios, y los que son santificados son los creyentes de Cristo, los muchos hijos de Dios. El Hijo primogénito y los muchos hijos de Dios son nacidos del mismo Dios Padre en resurrección (Hch. 13:33; 1 P. 1:3) y tienen la misma vida y naturaleza divinas. Por lo tanto, Él no se avergüenza de llamarlos hermanos.

  • Lit., provenientes de. El Santificador y los santificados provienen de una misma fuente, de un mismo Padre.

  • El Hijo primogénito anunció el nombre del Padre a Sus hermanos después de resucitar de entre los muertos, cuando se reunió con los muchos hijos del Padre (Jn. 20:17, 19-23).

  • La iglesia se menciona sólo dos veces en este libro, aquí y en He. 12:23. Aquí se hace referencia a la iglesia como a una entidad corporativa compuesta de los muchos hermanos del Hijo primogénito de Dios.

  • Ésta es la alabanza que el Hijo primogénito ofrece al Padre dentro de los muchos hijos del Padre en las reuniones de la iglesia. Cuando nosotros, los muchos hijos de Dios, nos reunimos como iglesia y alabamos al Padre, el Hijo primogénito alaba al Padre en nuestra alabanza. No es que el Hijo alabe al Padre aparte de nosotros y por Su cuenta, sino que alaba dentro de nosotros y con nosotros por medio de nuestra alabanza. En nuestro canto Él canta himnos de alabanza al Padre. Si nosotros no cantamos, ¿cómo puede Él cantar? Cuanto más cantamos al Padre, más disfrutamos Su presencia, Su mover, Su unción y la impartición de Su vida en nosotros. De esta manera creceremos en Él y seremos introducidos en Su glorificación sobre todas las cosas.

  • O, reducir a nada, dejar sin efecto, suprimir, abolir, anular, descartar. Después que el diablo, la serpiente, sedujo al hombre y lo hizo caer, Dios prometió que la simiente de la mujer vendría para herir en la cabeza a la serpiente (Gn. 3:15). En la plenitud del tiempo el Hijo de Dios vino y se hizo carne (Jn. 1:14; Ro. 8:3) al nacer de una virgen (Gá. 4:4), para destruir al diablo en la carne del hombre por medio de Su muerte en la carne sobre la cruz. (Véase la nota Jn. 3:141, la nota Jn. 12:311a y la nota Ro. 8:33). Esto fue abolir a Satanás, reducirlo a nada. ¡Aleluya, Satanás ha sido abolido y eliminado!

  • Ya que el Señor destruyó al diablo, quien tiene el imperio de la muerte, nosotros los que estábamos sujetos a esclavitud por el temor de la muerte hemos sido libertados por medio de Él. La muerte reinaba sobre nosotros (Ro. 5:14), y nosotros estábamos bajo su esclavitud, en constante temor de la muerte. Puesto que el Señor destruyó al diablo y anuló la muerte (2 Ti. 1:10), ya no tenemos temor de la muerte y somos libres de su esclavitud.

  • Jesús nos ha brindado socorro a nosotros —que somos seres humanos, no ángeles— para librarnos de la esclavitud de la muerte bajo el imperio del diablo, que está en nuestra naturaleza. Él hizo esto al participar de nuestra naturaleza, en la cual mora el diablo, y al anular esta naturaleza sobre la cruz por medio de Su muerte todo-inclusiva.

  • El Hijo de Dios fue hecho semejante a nosotros, Sus hermanos, en el sentido de que participó de sangre y carne (v. 14). Esto fue hecho con dos propósitos, uno negativo y otro positivo. El propósito con sentido negativo fue destruir por nuestro bien al diablo, quien está en la carne. El propósito con sentido positivo fue convertirse en nuestro misericordioso y fiel Sumo Sacerdote, quien tiene la naturaleza humana, para poder comprendernos en todas las cosas.

  • Cristo, como Sumo Sacerdote, nos ministra a Dios mismo y las riquezas de la vida divina. Como Dios-hombre, Él está plenamente calificado para ser nuestro Sumo Sacerdote. Aquí misericordioso corresponde al hecho de que Él es un hombre; fiel corresponde a que Él es Dios.

  • Jesús hizo propiciación por nuestros pecados, satisfaciendo así los requisitos de la justicia de Dios y estableciendo una relación de paz entre Dios y nosotros, a fin de poder darnos Su gracia en paz. Véase la nota Ro. 3:252a. cfr. Lc. 18:13 y la nota 1.

Biblia aplicación de android
Reproducir audio
Búsqueda del alfabeto
Rellena el formulario
Rápida transición
a los libros y capítulos de la Biblia
Haga clic en los enlaces o haga clic en ellos
Los enlaces se pueden ocultar en Configuración