Ésta es la autoridad soberana de Dios, la cual le permite tener misericordia del hombre conforme a Su deseo.
Ésta es la autoridad soberana de Dios, la cual le permite tener misericordia del hombre conforme a Su deseo.
La misericordia se refiere principalmente a una acción en respuesta a la condición miserable del hombre; por lo tanto, que Dios tenga misericordia del hombre es algo externo. En contraste, la compasión se refiere principalmente a un sentimiento que se expresa con gemidos y lágrimas; por esto, la compasión que Dios tiene para con el hombre es algo interno. Por lo tanto, la compasión es más profunda que la misericordia.
Esto indica que Dios nos escogió para que fuéramos vasos de honra a fin de poder contenerle. Dios creó al hombre como un vaso que le pudiera contener; luego, de entre los muchos vasos, nos escogió a nosotros para que le contuviéramos a Él, el Dios de honra, a fin de ser vasos de honra. Finalmente, Él da a conocer Su gloria sobre nosotros, los vasos, para que lleguemos a ser vasos de Su gloria (v. 23). Todo esto proviene de Su misericordia y es conforme a ella; no lo podemos obtener por nuestros propios esfuerzos. Por esta razón, debemos adorarle a Él. ¡Le debemos adorar por Su misericordia!
Lit., servirá como esclavo.
Véase la nota Ro. 8:285.
Esto muestra la economía de Dios en Su elección. Todos los judíos han nacido de Israel, pero no todos han sido elegidos por Dios. Sólo Isaac y parte de su descendencia han sido elegidos por Dios y contados como hijos de Dios (vs. 7-8). Esta elección no depende de las obras del hombre, sino del Señor que hace el llamamiento y de Su misericordia (vs. 11, 16).
Aquí se afirma claramente que Cristo es Dios, lo cual es prueba de que aunque Cristo era un hombre (Ro. 5:15) de carne, quien provenía de la tribu de Judá, una de las tribus de Israel, Él también es Dios, quien es sobre todas las cosas y bendito para siempre. Él es un hombre y también es Dios. Es Dios el Hijo, y es el Dios Triuno.
El servicio que se llevaba a cabo en el tabernáculo o en el templo, establecido conforme a la ley de Moisés.
Aquí la filiación se refiere al derecho de heredar.
Era necesario que Pablo deseara que Israel fuera salvo, pero fue demasiado desear que él mismo fuera anatema y separado de Cristo. Pablo tenía tal anhelo debido a la desesperación que provenía de su intenso deseo de que Israel fuera salvo.
En 8:16 el Espíritu Santo da testimonio juntamente con nuestro espíritu, mientras que en este versículo nuestra conciencia da testimonio con nosotros en el Espíritu Santo. Esto prueba que nuestra conciencia está en nuestro espíritu humano.
Después de cubrir la primera parte de la salvación de Dios en Cristo, y antes de continuar con la segunda parte, se inserta la sección que incluye los caps. 9—11 para explicar en detalle la elección del pueblo escogido de Dios, la cual provino de Dios mismo.
Ésta es la gloria que se encontrará en la manifestación del reino venidero, en el cual participaremos nosotros, los que habremos sido revelados como hijos de Dios (Ro. 8:17-23).
Lit., a partir de.