La opinión del apóstol expresó la voluntad y el deseo del Señor. Véase la nota 1 Co. 7:251.
La opinión del apóstol expresó la voluntad y el deseo del Señor. Véase la nota 1 Co. 7:251.
Esta cita de Éxodo 16 se refiere a la manera celestial de Dios de equilibrar la provisión de maná entre Su pueblo, y aquí se aplica a la ministración de bienes materiales a los santos necesitados. El maná era recogido para el suministro diario del pueblo de Dios; ellos tenían una provisión suficiente sin importar si recogían mucho o poco. Recoger el maná era su deber, y tenían que cumplir con su deber sin avaricia. De la misma manera, como hijos de Dios, no debemos ser avaros ni procurar conservar nuestro dinero para nosotros mismos, porque ya sea que demos o no, el resultado será el mismo, porque Dios en Su soberanía actúa para mantener un equilibrio celestial con respecto a las riquezas entre Su pueblo. Como resultado Él se encarga de nuestras necesidades diarias; así que no le sobra al que guarda mucho ni le falta al que guarda poco.
O, diligencia. Se refiere a la diligencia de Pablo, su solicitud, para con los creyentes.
El ruego del apóstol.
Es gracia para nosotros que el Señor Jesús, siendo rico, se hiciera pobre por amor a nosotros. Según el mismo principio, es gracia para otros que por amor a ellos sacrifiquemos nuestras riquezas materiales.
El amor que mostraron al dar bienes materiales a los santos necesitados. La gracia que los creyentes pusieron de manifiesto era resultado de la gracia de Dios, la cual los motivaba. En la comunión acerca de la ministración a los santos, el apóstol se refirió a la gracia de cuatro entidades:
1) la gracia de Dios, la cual fue dada a los creyentes macedonios con la intención de motivarlos y capacitarlos a dar con liberalidad (vs. 1-2);
2) la gracia de los apóstoles, la cual permitió que los creyentes participaran en la ministración a los santos necesitados (v. 4);
3) la gracia de los creyentes, la cual era su ministración de las cosas materiales a los necesitados (vs. 6-7) y
4) la gracia de Cristo, que consiste en que Él se hizo pobre para que nosotros fuésemos enriquecidos (v. 9).
Esto indica que cuando los creyentes ofrecen al Señor las posesiones materiales con cualquier propósito, el asunto debe estar absolutamente relacionado con la gracia, no con maniobras humanas.
El amor que estaba en los creyentes les había sido infundido por los apóstoles.
Algunos mss. dicen: el amor de vosotros en nosotros.
Véase la nota 2 Co. 7:111a.
O, expresión.
2 Co. 8:7, 19; 1 Co. 16:3 y la nota
La acción de dar.
Esto indica que además de esta gracia, la gracia de dar, Tito también completó otras cosas entre los creyentes de Corinto.
Por medio de la voluntad de Dios, por medio del agente divino soberano, los creyentes se dieron primeramente al Señor, y luego a los apóstoles.
Se dieron no sólo al Señor sino también a los apóstoles para ser uno con ellos en el cumplimiento de su ministerio.
El Señor prefiere mucho más a los creyentes mismos que las posesiones de ellos.
Los creyentes macedonios pidieron con muchos ruegos que los apóstoles les concedieran la gracia de participar (tener comunión) en la ministración a los santos necesitados. Nadie les pidió a ellos que tomaran parte en este asunto; antes bien, ellos mismos lo pidieron con ruegos. Consideraban como gracia que los apóstoles les concedieran tal porción.
La misma palabra griega se traduce sencillez. Véase 2 Co. 1:12 y Ro. 12:8.
Véase 2 Co. 2:9 y la nota 2 Co. 9:131.
Véase la nota 1 Co. 15:101a. Por medio de esta gracia, la cual es la vida de resurrección de Cristo, los creyentes macedonios vencieron la usurpación de las riquezas temporales e inciertas (véase la nota 1 Co. 16:11a) y llegaron a ser generosos al ministrar a los santos necesitados.
Véase la nota 2 Co. 8:62b y la nota 2 Co. 8:75.
El dinero, que es utilizado mucho por el diablo para seducir al hombre induciéndole a ser deshonesto, es parte de la ministración de bienes materiales a los santos. A fin de evitar que por la sospecha del hombre se les culpara en este asunto, los apóstoles enviaron como testigo a un hermano de toda confianza para que acompañara a Tito.
La abundancia de dádivas materiales.
Un hermano fiel fue enviado con los otros dos, para que en boca de tres testigos se estableciera un testimonio irrefutable (Mt. 18:16). Esto mostró el cuidado del apóstol Pablo al actuar.
O, solicitud.
Enviados; en este caso, por las iglesias.