Esto consiste en que los creyentes dan a conocer y expresan en su vivir las riquezas divinas contenidas en la palabra del Señor.
Esto consiste en que los creyentes dan a conocer y expresan en su vivir las riquezas divinas contenidas en la palabra del Señor.
Lit., hacia.
Por medio de la consolación eterna y la buena esperanza (2 Ts. 2:16-17).
El mundo entero yace en poder del maligno (1 Jn. 5:19), pero la vida divina, la cual tenemos por haber nacido de Dios, nos guarda del maligno (4, 1 Jn. 5:18; 3:8-9).
Es decir, amar a Dios con el amor de Dios que hemos disfrutado y experimentado.
Nuestro amor para con Dios, producto del amor de Dios (1 Jn. 4:19) que ha sido derramado en nuestros corazones.
Es decir, perseverar con la perseverancia del Cristo que hemos disfrutado y experimentado.
Por un lado, necesitamos disfrutar del amor de Dios para poder amarle y vivir para Él; por otro, necesitamos ser partícipes de la perseverancia de Cristo para poder soportar los sufrimientos, así como Él lo hizo, y estar firmes en contra de Satanás, el enemigo de Dios. Amar a Dios y perseverar en los sufrimientos son características excelentes del vivir cristiano.
Véase la nota 1 Ts. 5:141. Cfr. vs. 7, 11. Andar desordenadamente no es sólo andar conforme a la carne (Ro. 8:4), sino también en contra de la edificación de la vida de iglesia (1 Ts. 5:11; Ro. 14:19; 1 Co. 10:23).
Véase la nota 1 Co. 11:21c.
Los apóstoles estaban dedicados a la edificación de la iglesia en todas las cosas (2 Co. 12:19); jamás anduvieron desordenadamente entre los creyentes, sino que fueron un modelo que los creyentes podían imitar (v. 9).
2 Co. 11:7, 9; 12:13-14, 16
Ellos estaban ocupados pero sin hacer ningún trabajo; es decir, ellos estaban ocupados con lo que no les correspondía.
Es decir, no os juntéis con él, no andéis con él.
Al obedecer el mandato dado en los vs. 12-15, los creyentes reciben continuamente paz del Señor en todas las cosas.
Sólo cuando disfrutamos al Señor como gracia podemos proteger la vida de iglesia de cualquier clase de engaño y desorden. Para llevar la vida de iglesia apropiada y mantener en orden la vida de iglesia, necesitamos disfrutar al Señor como la gracia que nos suministra. Véase la nota 1 Ts. 5:281a.