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Capítulos de libros «La Segunda Epístola de Pablo a Los Corintios»
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  • El uso de pues aquí denota continuación. En la última parte del cap. 5 (2 Co. 5:16-21) el apóstol nos dijo que a ellos, como ministros del nuevo pacto, se les había encomendado el ministerio de la reconciliación para la nueva creación del Señor. A partir de este versículo y hasta el final del 2 Co. 7, él pasa a decirnos de qué manera ellos laboraban. Los apóstoles colaboraban con Dios en virtud de una vida (no por medio de algún don) todo-suficiente y madura en todo sentido, la misma que es capaz de adaptarse a toda situación, es decir, capaz de soportar todo tipo de trato, de aceptar toda clase de entorno, de laborar bajo todo tipo de condiciones y de aprovechar todo tipo de oportunidades a fin de llevar a cabo su ministerio.

  • Los apóstoles no sólo habían sido comisionados por Dios en su ministerio, sino que también laboraban junto con Él. Ellos eran colaboradores de Dios (1 Co. 3:9).

  • Ésta es la obra de reconciliación, según 2 Co. 5:20.

  • Véase la nota 1 Co. 15:101a. La gracia de Dios siempre nos hace volver a Él. Según el contexto, no recibir la gracia de Dios en vano significa ser conducidos de nuevo a Él y no permanecer en nada que nos distraiga de Dios.

  • Se refiere al momento en que somos reconciliados con Dios, cuando Él nos acepta.

  • Según el contexto, que comienza al final del 2 Co. 5, esto se refiere a la reconciliación.

  • Desde aquí hasta el final del 2 Co. 7 el apóstol describió una vida que se adapta a todo tipo de situación para el cumplimiento de su ministerio.

  • El ministerio del nuevo pacto (2 Co. 3:8-9; 4:1).

  • La perseverancia es el primer requisito para llevar la vida que es propia de los ministros del nuevo pacto, la cual es capaz de adaptarse a toda situación. Esto no solamente se refiere a cierta clase de paciencia, sino a la capacidad de soportar el sufrimiento en la tribulación, ya sea al estar bajo presión, opresión, persecución, pobreza o cualquier otra clase de prueba.

  • La palabra griega denota limitaciones, necesidades urgentes que apremian en gran manera, lo cual indica una carencia de las cosas necesarias para la vida diaria, tales como comida, albergue y vestido.

  • Es decir, en desvelos, como ocurrió en Hch. 16:25; 20:7-11, 31 y 2 Ts. 3:8.

  • Debido a la falta de comida. Véase la nota 2 Co. 11:272b.

  • El conocimiento está relacionado con la mente; el amor, con el corazón.

  • Se refiere al espíritu regenerado de los apóstoles. Con azotes en el cuerpo (v. 5), conocimiento en la mente y amor en el corazón, todo el ser de los apóstoles, que incluye el cuerpo, alma y espíritu, estaba ejercitado en su vida diaria a fin de llevar adelante su ministerio.

  • Esto indica que la vida de los apóstoles en su ministerio era una vida de batallas en la cual luchaban por el reino de Dios. Las armas de justicia sirven para combatir con la finalidad de que tengamos una relación recta con Dios y con los hombres según la justicia de Dios (Mt. 6:33; 5:6, 10, 20).

  • Las armas que se usan en la diestra, como por ejemplo la espada, son ofensivas; las que se usan en la siniestra, como el escudo, son defensivas.

  • La gloria proviene de Dios y de quienes lo aman; la deshonra proviene del diablo y de quienes lo siguen.

  • La mala fama proviene de los opositores y los perseguidores (Mt. 5:11); la buena fama proviene de los creyentes y de quienes reciben la verdad que los apóstoles predican y enseñan.

  • Como engañadores a los ojos de los judaizantes y de la gente de otras religiones y filosofías, pero veraces a los ojos de quienes aman la verdad de Dios.

  • Como desconocidos en el sentido de no exhibirse ellos mismos, pero bien conocidos en el sentido de dar testimonio de la verdad de Dios.

  • Como moribundos al sufrir persecuciones (2 Co. 1:8-10; 4:11; 1 Co. 15:31), pero vivos en la resurrección del Señor (2 Co. 4:10-11).

  • Como castigados, según el entendimiento superficial de los opositores, pero no muertos, por estar bajo el cuidado soberano del Señor.

  • Como entristecidos, debido a las condiciones negativas de las iglesias (11:28), pero siempre gozosos en la gracia suficiente y en la vida de resurrección de Cristo (2 Co. 12:9-10).

  • Como pobres en cosas materiales, sin embargo enriqueciendo a muchos en riquezas espirituales (Ef. 3:8).

  • Como no teniendo nada en el sentido humano, pero poseyéndolo todo en la economía divina.

  • Los apóstoles, quienes eran maduros en todo aspecto y podían adaptarse a cualquier situación, según lo descrito en los vs. 3-10, habían abierto su boca y ensanchado su corazón para con los creyentes. Con un corazón ensanchado, podían acoger a todos los creyentes sin importar su condición, y habiendo abierto su boca, tenían la libertad de hablar con franqueza a todos los creyentes con respecto a la verdadera situación a la cual habían sido desviados. Esta clase de franqueza y grandeza de corazón es necesaria para reconciliar con Dios a los creyentes desviados y distraídos, o sea, para hacerlos volver a Él.

  • Los creyentes corintios, siendo infantiles (v. 13), eran internamente estrechos, reducidos, para con los apóstoles. Todos los niños son muy estrechos en sus sentimientos y fácilmente se ofenden con quienes los corrigen.

  • La misma palabra griega que se traduce cariño en 2 Co. 7:15. Véase la nota Fil. 1:81c.

  • El apóstol quería que los creyentes corintios le dieran cierto pago, esto es, un corazón igualmente ensanchado, de modo que lo recibieran a él en amor.

  • Esto indica
    1) que el apóstol consideraba infantiles a los creyentes corintios y
    2) que al tratar con ellos les hablaba como un padre habla a sus hijos.

  • Ser ensanchado requiere crecimiento y madurez en la vida divina, de lo cual los corintios carecían (1 Co. 3:1, 6; 14:20). El apóstol laboraba en ellos para suplir lo que les faltaba. Según el contexto, el cual comienza al final del 2 Co. 5, ser ensanchado al crecer y madurar en la vida divina equivale a ser completamente reconciliado con Dios. Al escribir eso, el apóstol llevaba a cabo su ministerio de reconciliar a los creyentes, los cuales estaban apenas a medio camino en su reconciliación con Dios.

  • El apóstol dijo esto basándose en el hecho de que su boca se había abierto para con los creyentes y en que su corazón se había ensanchado para con los creyentes, como se ve en el v. 11.

  • Desigual implica una diferencia de especie. Esto se refiere a Dt. 22:10, donde se prohíbe unir en un mismo yugo dos animales de especie diferente. Los creyentes y los incrédulos son pueblos diferentes. Debido a la naturaleza divina y la posición santa de los creyentes, éstos no deben unirse en un mismo yugo con los incrédulos. Esto debe aplicarse a todas las relaciones íntimas que puedan existir entre creyentes e incrédulos, no sólo al matrimonio y a los negocios.

    Esta palabra indica que los creyentes corintios se habían unido en yugo desigual con los incrédulos, y que no se habían apartado para Dios separándose de la gente mundana. Esto quiere decir que no estaban completamente reconciliados con Dios. Por eso, el apóstol les exhortó a que no se unieran en yugo desigual con los incrédulos, sino que se apartaran de ellos para ser completamente reconciliados con Dios, es decir, conducidos de nuevo a Él.

  • El apóstol usó cinco ejemplos para describir la diferencia que existe entre los creyentes y los incrédulos: No puede haber
    1) ningún compañerismo, ningún intercambio, entre la justicia y la injusticia;
    2) ninguna comunión entre la luz y las tinieblas;
    3) ninguna concordia, armonía, entre Cristo y Belial;
    4) ninguna parte, ninguna porción, compartida por un creyente y un incrédulo;
    5) ningún acuerdo, ningún consentimiento, entre el templo de Dios y los ídolos.
    Estos ejemplos también revelan el hecho de que los creyentes son justicia, luz, Cristo y el templo de Dios, y que los incrédulos son injusticia, o sea, no están sometidos a ninguna ley, y son tinieblas, Belial (Satanás, el diablo) e ídolos.

  • Lit., sin ley. Véase la nota 1 Jn. 3:42.

  • Lit., para con.

  • Lit., para con.

  • Como el Dios viviente, Dios mora entre nosotros y anda entre nosotros para, de forma subjetiva, ser nuestro Dios con el fin de que participemos de Él (véase la nota 1 Ti. 3:153c) y seamos Su pueblo, experimentándolo de una manera viva.

  • Esto significa ser conducido de nuevo a Dios, ser reconciliado con Él, de modo práctico (2 Co. 5:20). Ser reconciliado con Dios de modo práctico requiere que nos separemos de todas las personas, cosas y asuntos que no pertenecen a Dios.

  • Las cosas que pertenecen a una vida sin ley, a las tinieblas, a Belial y a los ídolos, según se enumera en los vs. 14-16.

  • Dios recibe con gozo a los creyentes que han sido traídos de regreso a Él, o sea, reconciliados completamente con Él.

  • Tener a Dios por Padre y ser hijos e hijas de Él son asuntos de vida y son más profundos que tenerle por Dios y ser Su pueblo (v. 16).

  • Ésta es la única ocasión en que el Nuevo Testamento indica que Dios tiene hijas. En la mayoría de las ocasiones se nos dice que los creyentes son hijos de Dios.

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