El apóstol usó cinco ejemplos para describir la diferencia que existe entre los creyentes y los incrédulos: No puede haber
1) ningún compañerismo, ningún intercambio, entre la justicia y la injusticia;
2) ninguna comunión entre la luz y las tinieblas;
3) ninguna concordia, armonía, entre Cristo y Belial;
4) ninguna parte, ninguna porción, compartida por un creyente y un incrédulo;
5) ningún acuerdo, ningún consentimiento, entre el templo de Dios y los ídolos.
Estos ejemplos también revelan el hecho de que los creyentes son justicia, luz, Cristo y el templo de Dios, y que los incrédulos son injusticia, o sea, no están sometidos a ninguna ley, y son tinieblas, Belial (Satanás, el diablo) e ídolos.