La flor de harina, el principal componente de la ofrenda de harina, representa la humanidad de Cristo, la cual es fina, perfecta, tierna, equilibrada y recta en todo sentido, sin manifestar exceso ni deficiencia alguna. Esto representa la belleza y excelencia del vivir humano de Cristo y de Su diario andar. Esta flor de harina era producida del trigo que había sido sometido a una serie de procesos, los cuales representan los diversos padecimientos de Cristo que hicieron de Él un “varón de dolores” (Is. 53:3).
A diferencia del holocausto, en la ofrenda de harina no se ve nada de la vida animal, sino que sólo está presente la vida vegetal. Como tipo de Cristo, la vida vegetal indica el producto, la propagación y el aumento para que la vida sea suministrada al pueblo.