La ofrenda de harina tipifica a Cristo en Su vivir humano. El énfasis del holocausto (cap. 1) recae en que Cristo lleva una vida de absoluta entrega a Dios y le es obediente incluso hasta la muerte (Fil. 2:8), lo cual implica Su vivir pero enfatiza Su muerte. El énfasis de la ofrenda de harina recae en el vivir humano de Cristo y Su andar diario, lo cual implica Su muerte pero enfatiza Su vivir (véase la nota Lv. 2:131a). El holocausto recalca que Cristo es la justicia de Dios (1 Co. 1:30; cfr. 2 Co. 5:21), mientras que la ofrenda de harina recalca que Cristo es justo delante de Dios (1 Jn. 2:1).