Cristo, la ofrenda de paz, tiene como finalidad la comunión y el disfrute de cinco participantes: Dios, el sacerdote que sirve, todos los sacerdotes (el sacerdocio), el oferente y la congregación de quienes han sido lavados. La grosura y las partes internas de esta ofrenda eran la porción de Dios (vs. 3-5); las cuatro clases de tortas y el muslo derecho ofrecidos como ofrenda elevada eran la porción del sacerdote que servía (Lv. 7:14, 32-34); el pecho ofrecido como ofrenda mecida era para todos los sacerdotes (Lv. 7:30-31, 34); la carne de la ofrenda era la porción del oferente (Lv. 7:15-18); y la carne restante del ganado, siempre y cuando fuese limpia, era para toda la congregación (Lv. 7:19-21). En el Nuevo Testamento no hay clérigos ni laicos (véase la nota Ap. 2:91a). Por tanto, todos los creyentes en Cristo deben ser los sacerdotes que sirven, el cuerpo de sacerdotes, los oferentes y la congregación.
