Que Aarón ofreciese primero la ofrenda por el pecado y el holocausto para hacer expiación por sí mismo (v. 7) significa que él, un pecador, necesitaba tomar a Cristo como su ofrenda por el pecado y como su holocausto a fin de apaciguar todo conflicto entre él y Dios, para así poder servir a Dios como sacerdote. Véase la nota Lv. 8:141 y la nota Lv. 8:181.
Que Aarón preparara la ofrenda por el pecado y el holocausto también tipifica que Cristo se ofreció a Sí mismo como ofrenda por el pecado para redimir al pueblo de Dios y como holocausto en favor del pueblo de Dios para satisfacer a Dios (He. 9:14; 10:5-10). Además, esto significa que todo cuanto Cristo hizo como nuestro Sumo Sacerdote, lo hizo por nosotros, a fin de que fuésemos redimidos del pecado y satisficiéramos a Dios. Al ser uno con Cristo en Su muerte, somos redimidos en Él (Ef. 1:7), y al ser Cristo uno con nosotros en Su resurrección, Él vive en nosotros para que le vivamos y así satisfagamos a Dios (Gá. 2:20; Fil. 1:20-21a).