Véase la nota Mal. 3:171.
Véase la nota Mal. 3:171.
El Cristo sanador, quien es Él mismo la sanidad del pueblo de Dios y de las naciones. Cristo es el Sol que nos sana al resplandecer sobre nosotros. Que Cristo sea nuestra sanidad se basa en que Él es el Sol de justicia. La palabra Sol indica vida (cfr. Jn. 1:4), y la palabra justicia indica equidad. Toda la tierra está llena de muerte e injusticia, pero con el Cristo sanador hay vida y equidad. Hoy en día nosotros, los creyentes en Cristo, disfrutamos del resplandor del Cristo que es el Sol de justicia, lo cual redunda en que crezcamos en vida al ser disipadas las tinieblas así como también en que seamos sanados en vida al ser borrada la injusticia. Nuestra esperanza, nuestra expectativa, es que Cristo viene como el Sol de justicia trayendo sanidad en Sus alas a fin de sanar a las naciones de toda tiniebla e injusticia. Esperamos por Él, el Deseado de las naciones (Mal. 3:1b; Hag. 2:7b) y el Sol de justicia.
En relación con Israel, Cristo vino la primera vez para sanar el sacerdocio que había caído en degradación (Mal. 3:1-4), pero en Su segunda venida Él sanará al remanente del pueblo de Israel. Entonces, Él lo será todo para las naciones y para Su pueblo. Este Cristo sanador vendrá súbitamente; por tanto, tenemos que permanecer alertas, listos para recibirle.
Véase la nota Mal. 3:102c.
Véase la nota Lc. 1:64.
Véase la nota Jl. 1:151a.