Moab era un hijo nacido del incesto de Lot con una de sus hijas (Gn. 19:30-38). Por tanto, Moab representa el fruto de la concupiscencia de la carne. Madián era muy cercano a los hijos de Ismael, quien —en contraste con Isaac que representa lo nacido del Espíritu (cfr. Gá. 4:22-23, 28-29)— representa la carne. Por ende, Madián también representa la carne.