Según la tipología, los madianitas representan la inmundicia de la concupiscencia de la carne, lo cual guarda relación con el diablo Satanás y con el mundo (1 Jn. 2:16; 5:19). Los madianitas eran descendientes de Abraham, nacidos de su segunda mujer, Cetura. Así que, por naturaleza eran cercanos a los israelitas en la carne (Gn. 25:1-2). Los madianitas estaban unidos a los moabitas, los cuales eran descendientes de Lot a causa del incesto cometido en la concupiscencia de la carne (Nm. 22:3-4, 7; Gn. 19:30-38); más aún, los madianitas eran uno con los ismaelitas, descendientes de Abraham por la carne, quienes vendieron a José a Egipto (Gn. 37:27-28, 36). Los madianitas también estaban vinculados a los amalecitas, descendientes de Esaú (Jue. 6:3, 33; Gn. 36:12). Finalmente, los madianitas produjeron a Balaam, quien hizo caer a los hijos de Israel en la trampa de la fornicación y la idolatría (Nm. 22:7; 31:16).
Al hacer caer a los hijos de Israel en la trampa de la fornicación y la idolatría, los madianitas atentaron contra Israel al máximo, con el resultado de que se perdieron más de veinte mil vidas. Dios no olvidaría esto y encargó a Moisés que ejecutase venganza cabal por Israel contra los madianitas.