Lit., ser maravilloso al hacer un voto. Así también en el v. 8.
Lit., ser maravilloso al hacer un voto. Así también en el v. 8.
Todas las ofrendas tipifican a Cristo en diversos aspectos. Presentar una ofrenda a Dios indica que comprendemos que no podemos hacer nada para agradar a Dios; por tanto, nuestra ofrenda a Dios es Cristo, quien nos reemplazó para poder ser aceptados por Dios. Sobre el significado detallado de las ofrendas, véanse las notas de Lv. caps. 1—7 y Lv. 23:13.
Después de los fracasos descritos en los caps. 11—14, este capítulo es insertado en el relato divino quizás para que los hijos de Israel recuerden la manera de ser guardados en una relación apropiada con Dios. Si los hijos de Israel hubieran guardado las ordenanzas enunciadas en este capítulo, habrían sido librados de un nuevo disturbio (cfr. cap. 16).
Un cordón representa obligación, y el color azul representa algo celestial. Por tanto, un cordón de azul significa que, como hijos de Dios, nuestra conducta y comportamiento debe ser hermoso y debe estar sujeto al gobierno celestial.
Véase la nota Mt. 9:204b.
Quebrantar el Sábado significa negar a Dios y todo lo que Él ha hecho por nosotros (véase la nota Gn. 2:21b y la nota Éx. 20:81a). Esto resulta en muerte espiritual.
Lit., mano levantada. Hacer las cosas con mano levantada es hacer lo que a uno se le antoja sin considerar a los demás. Quienes así se comportan prescinden completamente de los hombres y de Dios.
Véase la nota Lv. 16:11. El perdón de Dios está basado en la redención que Cristo efectuó para hacer propiciación por nosotros, sin la cual Dios no tendría base alguna para perdonar al hombre (He. 9:22) aun cuando quisiera hacerlo. La propiciación hecha por Cristo le permite a Dios cumplir el deseo de Su corazón perdonador. Si el hombre toma como fundamento la muerte redentora de Cristo para pedir perdón a Dios, Dios tiene que perdonarle basándose en Su justicia, no en Su misericordia (1 Jn. 1:9). Esto es conforme a la administración gubernamental de Dios.
El pecado involuntario cometido por toda la asamblea de Israel representa el pecado involuntario que comete la iglesia contra Dios y el hombre. Aunque tal pecado fue cometido involuntariamente, se hacía necesario ofrecer un holocausto con su correspondiente ofrenda de harina y libación, así como una ofrenda por el pecado, para que toda la asamblea pudiera ser perdonada (vs. 24-26).
Una torta hecha de las primicias de la masa representa a Cristo como las primicias (1 Co. 15:20, 23). Este Cristo en Su ascensión (la ofrenda elevada) es ofrecido a Dios como alimento para Dios. La torta aquí mencionada no sólo se refiere a Cristo mismo, sino también denota el Cuerpo de Cristo, la iglesia (1 Co. 10:17).
Un mismo estatuto y una misma ordenanza eran aplicados a todo el pueblo de Israel así como a los extranjeros peregrinos y a los gentiles que moraban entre el pueblo de Israel (vs. 13-16). Esto significa que todos los gentiles y extranjeros participan de Cristo del mismo modo que el pueblo de Israel (Ef. 2:12-19; 3:6).