Como el último de los Cánticos de ascenso gradual (véase la nota Sal. 120:11), el salmo 134 es la alabanza que, al subir a Sion, ofrece un santo con respecto al encargo y bendición dados por los hijos de Israel a los sacerdotes que sirven en la casa de Dios. Los vs. 1-2 son el encargo que los hijos de Israel hacen a los sacerdotes que sirven de que bendigan a Jehová, y el v. 3 es la bendición de los hijos de Israel a los sacerdotes que sirven. Este salmo indica que el pueblo en el plano espiritual más elevado, aquellos que están en Sion, puede bendecir a todos e instruir a todos (cfr. la nota Gn. 47:71a).
