Este salmo nos dice que algunos de los santos de Dios ofrecían holocaustos y otras clases de ofrendas (vs. 8-13), pero debido a deficiencias en cuanto a su afecto, ellos no ofrecían a Dios el sacrificio de acción de gracias. Por tanto, el salmista, hablando en representación de Dios, indicó que lo que Dios desea no son los holocaustos, sino las ofrendas de acción de gracias. Es posible presentar ciertas ofrendas sin haber sido tocados en nuestro corazón, pero cuando nos sentimos agradecidos hacia Dios y le ofrendamos una oración de acción de gracias, nuestros corazones son profundamente tocados y somos llenos de afecto y de tiernos sentimientos hacia Dios. Ésta es la clase de ofrenda que Dios desea.