El significado de este término no es claro, pero aparentemente denota cierto estilo o tempo musical (cfr. Hab. 3:1).
El significado de este término no es claro, pero aparentemente denota cierto estilo o tempo musical (cfr. Hab. 3:1).
Sal. 3 título
En este salmo David manifiesta el sentir de no haber hecho nada malo, y le pide a Dios que lo juzgue según la justicia e integridad que había en él (v. 8). Esto muestra que David no había sido iluminado ni redargüido por Dios con respecto a su propia pecaminosidad (cfr. Sal. 51; Is. 64:6; Ro. 7:18; Lc. 18:9-14; 1 Ti. 1:15).
De manera similar al libro de Job, muchos de los salmos nos dan la impresión de que debemos ser personas piadosas, que temen a Dios y confían en Él, que guardan la ley, que conservan su integridad y que son personas rectas, correctas, justas y perfectas (cfr. nota Job 1:14b, párr. 1). Pero este concepto no concuerda con la revelación divina del Nuevo Testamento; más bien, es por completo un concepto propio del Antiguo Testamento bajo la ley conforme al conocimiento del bien y del mal. El Nuevo Testamento revela que fuimos crucificados con Cristo (Gá. 2:20) y fuimos sepultados con Él (Ro. 6:4). Tal muerte nos liberó de la ley (Ro. 7:1-6; Gá. 2:19). Ahora, nosotros simplemente debemos recibir a Cristo, la corporificación del Dios Triuno, y permitirle vivir en nosotros, sin preocuparnos más por nuestra propia justicia, equidad o integridad, sino centrándonos únicamente en Cristo, Aquel que vive (Fil. 3:6-9).
O, y he despojado al que sin razón me provocaba.