Los salmos 77—83 son un grupo de salmos que trata sobre la devastación de tres cosas santas: el templo santo, la ciudad santa y el pueblo santo. En particular, estos salmos revelan el camino de la restauración, esto es: exaltar a Cristo. Estos siete salmos fueron escritos por Asaf, un levita que había servido en el templo. El hecho de que estos salmos hablen de la desolación del templo, de la ciudad de Jerusalén y del pueblo, indica que fueron escritos después que los hijos de Israel fueron llevados cautivos a Babilonia.