En el santuario de Dios se le instruyó al salmista a tomar únicamente a Dios como su porción, y no ninguna otra cosa que no fuese Dios mismo. Aquel que no se interesa por Dios podrá obtener muchas cosas y parecerá prosperar; sin embargo, aquel que se interesa por Dios será restringido por Dios e, incluso, será despojado de muchas cosas por Dios, como en el caso de Job (Job 1:6-22; 2:1-10) y del apóstol Pablo (Fil. 3:7-8). La intención de Dios con respecto a quienes le buscan es que ellos lo encuentren todo en Él y no sean distraídos del disfrute absoluto de Su persona. No es cuestión de guardar la ley, como dice en el salmo 1, ni tampoco de estar correctos o equivocados, sino que es cuestión de ganar a Dios y mantener a Dios como nuestro todo. Véase la nota Job 2:131.