O, mercader.

O, mercader.
Las ollas son pequeñas, mientras que los lebrillos son grandes; pero en el milenio, las ollas de la casa de Dios serán tan grandes como los lebrillos puestos delante del altar.
Debido a que la era presente es la era de la gracia, Dios envía su lluvia sobre justos e injustos igualmente (Mt. 5:45). Sin embargo, la era venidera será la era de la justicia. Aquellos que no suban a Jerusalén para adorar al Rey y celebrar la Fiesta de los Tabernáculos no recibirán lluvia.
Is. 60:6-7, 9; 66:23
Es decir, el mar Mediterráneo.
Es decir, el mar Muerto.
En el milenio, no habrá más sed, pues de Jerusalén saldrán aguas vivas. Esto es similar a lo relatado en Ez. 47:1-2.
Aquí las luminarias son el sol, la luna y las estrellas. Los eventos descritos en los vs. 6-7 indican que Dios cambiará una serie de cosas en el universo a fin de juzgar a los seres humanos malvados y salvar a Sus elegidos.
Algunos manuscritos dicen: contigo.
En cumplimiento de Hch. 1:11, los pies de Jehová como Cristo se afirmarán en aquel día sobre el monte de los Olivos.
En la gran tribulación, el anticristo y sus ejércitos aniquilarán a dos tercios de la población judía (Zac. 13:8 y la nota). Del otro tercio que permanecerá sobre esa tierra, la mayoría probablemente estará en el área de Jerusalén. De este tercio restante, la mitad de la ciudad será capturada por el anticristo. En Su misericordia, Dios guardará la mitad restante. El anticristo intentará destruirlos a ellos también; sin embargo, como se revela en los vs. 3-7, Jehová como Cristo vendrá junto con Sus santos (vs. 3, 5) y saldrá a combatir contra el anticristo y sus seguidores, las naciones, derrotándolos (Jl. 3:11; Ap. 17:14; 19:11-21). Esto resultará en la salvación de toda la casa de Israel (Ro. 11:26-27). Véase Zac. 12:8-10 y las notas.