Cristo, como Aquel enviado por Jehová de los ejércitos y Aquel que envió, Jehová de los ejércitos, se opondrá a las naciones que despojen al pueblo de Sion y que toquen la niña de Su ojo. El pueblo de Dios es objeto de Su tierno amor, y el que los toca, toca la niña de Su ojo. Éstas fueron palabras que traían alivio, aliento y consuelo a Zorobabel, Josué y a todos los que habían retornado.
