El libro de Daniel trata sobre el destino que Dios determinó para Israel, esto es, el contenido de las setenta semanas (Dn. 9:24-27). También trata sobre el gobierno humano desde Nimrod hasta el anticristo. Debido a que tanto Israel como el gobierno humano son para Cristo, este libro también revela ciertos aspectos de Cristo, quien es el centro y la circunferencia, la centralidad y la universalidad, del mover de Dios. En particular, revela la muerte de Cristo (Dn. 9:25-26), Su manifestación en Su segunda venida (Dn. 2:34-35, 45), que le fue dado dominio y un reino (Dn. 7:13-14), que Él es compañero de los testigos de Dios que sufren tribulación (Dn. 3:23-25) y también revela la excelencia de Cristo (Dn. 10:4-9).
El pensamiento central del libro de Daniel es que el gobierno de los cielos (Dn. 4:26), es decir, del Dios de los cielos (Dn. 2:37, 44), gobierno que rige sobre todo gobierno humano en la tierra, corresponde a la economía eterna de Dios a fin de que Cristo ponga fin a la vieja creación para hacer germinar la nueva creación, y que Él aplaste y desmenuce la totalidad del gobierno humano, y además, que establezca el reino eterno de Dios.