Sobre las tres principales fiestas anuales, véanse las notas de Lv. 23.
Sobre las tres principales fiestas anuales, véanse las notas de Lv. 23.
Lit., las Enramadas. Así también en el v. 16. Véase la nota Éx. 23:162b.
El gobierno divino ejercido entre el pueblo de Dios no era una autocracia ni una democracia, sino una teocracia, esto es, el reinado y gobierno directo ejercido por Dios mismo conforme a lo que Él es. En el Antiguo Testamento, Dios gobernó entre los hijos de Israel en conformidad con Su hablar constante, tal como estaba escrito en la ley, y con Su hablar para el momento, tal como era revelado ya sea mediante el pectoral del sumo sacerdote por el Urim y el Tumim o mediante los profetas por el Espíritu de Dios que venía sobre algunos de ellos y los capacitaba para hablar la palabra de Dios (Éx. 28:30 y las notas; Lv. 8:8; Nm. 27:21; Dt. 33:8; 1 S. 28:6; Esd. 2:63; Neh. 7:65). Además, Dios implementaba Su gobierno mediante ciertos agentes humanos —los sacerdotes y los ancianos, los jueces, o los reyes en calidad de administradores directos—, quienes laboraban juntamente para la teocracia ejercida por Dios. En la iglesia neotestamentaria la enseñanza de los apóstoles (Hch. 2:42) reemplaza la ley en la administración de Dios, y los ancianos de las iglesias (Hch. 14:23; Tit. 1:5) son los administradores directos, quienes administran conforme a la enseñanza de los apóstoles (1 Ti. 3:2; 5:17). Con relación al hablar del Señor para el momento, todos los creyentes en Cristo, incluyendo a los ancianos, son sacerdotes de Dios (1 P. 2:5; Ap. 1:6), quienes tienen a Cristo como Sumo Sacerdote que vive en ellos (He. 8:1; Ro. 8:10) y tienen el Espíritu Santo mezclado con su espíritu humano regenerado (Ro. 8:16) a fin de reemplazar la función del Urim y el Tumim. Entre los creyentes, son los profetas y maestros quienes ayudan al ancianato y al sacerdocio (Hch. 13:1-4). Véase la nota Esd. 5:11.
Lit., dentro de todas tus puertas.
Una Asera era la imagen de una deidad femenina, y el altar representa la cruz. Traer ciertas cosas paganas y añadirlas a la cruz es producir una mixtura. Véase Mt. 13:33 y las notas.