Estar en el monte equivale a estar en resurrección y en la posición de ascensión. Esto indica que la vida de iglesia tiene que ser elevada, o sea, debe estar sobre la cumbre del monte (Ef. 2:5-6). La iglesia también tiene que ser santa, separada y santificada de todo lo que sea mundano (1 Co. 3:17).
La ley de la casa de Dios guarda relación con el carácter de Dios. Dios es un Dios de alturas, o sea, que está en resurrección y ascensión, y Él es un Dios santo. Asimismo, en cuanto a su posición, la iglesia es elevada, y en cuanto a su naturaleza, la iglesia es sumamente santa. Si en nuestra vida de iglesia estamos en resurrección, estamos en la posición de ascensión y somos sumamente santos, entonces podremos ser la morada de Dios.