Lot era un hombre justo y piadoso (2 P. 2:6-9). No obstante, aunque él había dejado Ur de Caldea y moraba como miembro del pueblo de Dios junto con Abraham en la tierra de Canaán (Gn. 12:5), cayó en derrota debido a que se separó de Abraham, quien era el testigo y testimonio de Dios, y se dejó arrastrar hasta llegar a la perversa ciudad de Sodoma (Gn. 13:11-13; 14:12), la cual había sido condenada por Dios y sería destruida por Su juicio.
Ur de Caldea era un lugar lleno de ídolos, Egipto era un lugar donde abundaban las riquezas y los placeres mundanos, y Sodoma era una ciudad donde imperaba el pecado. Estos tres lugares determinan el perímetro triangular de la tierra de Canaán. Los llamados de Dios viven dentro de este triángulo y deben cuidarse de no caer en la ciudad de ídolos, de no descender al lugar de los placeres mundanos ni dejarse arrastrar a la ciudad de pecado.