Que significa Jehová proveerá, o Jehová verá [que sea cumplido].
Que significa Jehová proveerá, o Jehová verá [que sea cumplido].
Los cuernos representan el poder para combatir, y el matorral representa la humanidad. Cristo, el Cordero de Dios, estuvo dispuesto a dejar que Sus “cuernos” fuesen trabados por Su naturaleza humana a fin de poder ser ofrecido a Dios como nuestro Sustituto (1 P. 3:18). Cfr. Mt. 26:50-54.
Véase la nota Gn. 16:71a.
Abraham obedeció a Dios inmediatamente debido a que él creía en el Dios que resucita (v. 5; He. 11:17-19; Jac. 2:21-22; Ro. 4:17 y la nota 1).
Véase la nota Lv. 1:31a.
Isaac, quien tipifica a Cristo como la descendencia prometida (Gá. 3:16), fue dado a Abraham por Dios. Aquí, Dios pide a Abraham que le devuelva lo que Él le había dado. Esto ciertamente fue una prueba para Abraham (v. 1; He. 11:17). Esto muestra un principio básico en la economía de Dios: todo cuanto Dios nos ha dado, incluso lo que Él ha forjado en nuestro ser y por medio de nosotros, deberá finalmente serle ofrecido a Él para que podamos llevar una vida de fe, sin aferrarnos a nada —incluso las cosas dadas por Dios— y confiar únicamente en Él. Después de ser ofrecido a Dios, Isaac le fue devuelto a Abraham en resurrección y llegó a ser bendición (vs. 12-13, 16, 18; He. 11:19). Asimismo, después que hemos ofrecido a Dios lo que recibimos de Él, Él nos lo devolverá en resurrección y ello llegará a ser una bendición para el cumplimiento de Su propósito. Véase Ro. 4:17 y las notas.
Según Gá. 3:14, la promesa hecha a Abraham era que Dios mismo vendría para ser la descendencia de Abraham, y que dicha descendencia sería una bendición para todas las naciones al convertirse en el Espíritu todo-inclusivo que puede ser recibido por los hombres (1 Co. 15:45). Así pues, a la postre, la bendición de Abraham tuvo como fruto a Cristo, la única descendencia, en quien todas las naciones de la tierra son bendecidas (Hch. 3:25-26; Gá. 3:16). Todos los creyentes en Cristo, como miembros del Cristo corporativo (1 Co. 12:12), están incluidos en esta descendencia como herederos de la bendición prometida por Dios (Gá. 3:7, 29 y la nota Gá. 3:291).
En este capítulo, Cristo es revelado de tres formas: como el Ángel de Jehová (vs. 11-12, 15-18), como el carnero (v. 13) y como la descendencia de Abraham (v. 18). El Ángel de Jehová, quien es Cristo, proveyó el carnero, que tipifica a Cristo, el cual finalmente produjo la descendencia, quien es también Cristo.
Las estrellas del cielo representan a los descendientes celestiales de Abraham, los que son de la fe (Gá. 3:7, 29), mientras que la arena a orillas del mar y el polvo de la tierra (Gn. 13:16) representan a los descendientes terrenales de Abraham, sus descendientes en la carne. La arena a orillas del mar es el polvo de la tierra que está a la orilla del mar. Dicha arena está separada del mar al mismo tiempo que es lavada por las olas del mar. El mar representa a las naciones gentiles (Is. 57:20; Ap. 17:15). Las naciones gentiles que Dios usó para disciplinar a Israel a lo largo de los siglos (Jl. 1:4 y la nota) fueron como olas del mar Mediterráneo que vinieron una y otra vez con sus ejércitos invasores a fin de lavar a Israel, como polvo de la tierra, y producir así un remanente que fuese como la arena a orillas del mar (Zac. 12; Zac. 13; Zac. 14; Ro. 9:27-29). La Nueva Jerusalén está compuesta por estas dos categorías de descendientes de Abraham (Ap. 21:12, 14). Por tanto, la Nueva Jerusalén será la máxima consumación de la descendencia de Abraham. Isaac, al ser ofrecido a Dios por Abraham, fue multiplicado para que llegara a ser la Nueva Jerusalén. En esto consistió la bendición de Dios dada a Abraham.
O, Él será visto.
Que significa que atrapa.
Que significa la visión de Jah. El monte Moriah, el lugar elegido por Dios, a la postre llegó a ser el monte Sion, el sitio donde fue construido el templo (cfr. 2 Cr. 3:1) y el centro de la buena tierra. Abraham fue el primero en adorar a Dios ofreciendo holocausto en el monte Sion. Después, Dios mandó a los descendientes de Abraham, a los hijos de Israel, que subieran tres veces al año a este lugar para adorar a Dios y ofrecerle allí sus holocaustos (Dt. 16:16; Sal. 132:13). Hoy en día, los creyentes neotestamentarios, los descendientes espirituales de Abraham, están en el monte Sion (He. 12:22-23). Finalmente, todos nos uniremos a Abraham para adorar a Dios sobre el eterno monte Sion: la Nueva Jerusalén (Ap. 21:22).
El que Abraham ofreciera en sacrificio sobre el altar a su hijo amado, su único hijo, Isaac, es un cuadro vívido de Dios el Padre que ofrece a Su Amado, Su Hijo unigénito, Jesucristo, en la cruz. En este cuadro, Isaac tipifica a Cristo de una manera muy detallada. Isaac, el único hijo de Abraham (vs. 2, 12, 16), tipifica a Cristo, el Hijo unigénito de Dios (Jn. 3:16). Isaac era el hijo amado de Abraham (v. 2), y Cristo era el Hijo amado del Padre, en quien Él se complacía (Mt. 3:17). Isaac acató la voluntad de su padre (v. 6), y Cristo también escogió hacer la voluntad de Su Padre (Mt. 26:39). Isaac fue obediente hasta la muerte (vs. 9-10); asimismo, Cristo fue obediente hasta la muerte (Fil. 2:8). Isaac cargó la leña para el holocausto y subió a la cima del monte Moriah (v. 6); del mismo modo, Cristo llevó Su cruz y subió al Gólgota (Jn. 19:17). Isaac fue ofrecido a Dios como holocausto sobre el monte Moriah; Cristo también fue ofrecido a Dios sobre el mismo monte (véase la nota Mr. 10:11) para cumplir lo tipificado por el holocausto. Isaac fue “inmolado” sobre el altar y le fue devuelto a Abraham al tercer día, esto es, en resurrección (vs. 4, 10-13; He. 11:19); asimismo, Cristo fue crucificado y, después, resucitado al tercer día (1 Co. 15:4). Isaac fue multiplicado en resurrección (v. 17), y Cristo también fue multiplicado en Su resurrección (Jn. 12:24; 1 P. 1:3). Isaac era la descendencia de Abraham para bendición a todas las naciones (v. 18); asimismo, Cristo es la única descendencia de Abraham, en quien la bendición de Abraham ha venido a las naciones (Gá. 3:8, 14, 16).