Que significa veloz es el botín, se apresura la presa. Este nombre, dado al hijo de Isaías (v. 3), indica el arrebatamiento de las riquezas de Damasco y el botín de Samaria delante del rey de Asiria (v. 4).
Éste fue el cumplimiento para ese momento de la señal anunciada en Is. 7:14. Véase la nota allí.
Esto representa las tiernas bendiciones de la provisión divina.
Esto representa al grande y fuerte ejército asirio.
Esto indica que la tierra de Judá, la Tierra Santa, es el territorio de Cristo, quien es Emanuel, Dios con nosotros. Esta tierra, que fue invadida por el ejército de Asiria, es la tierra que Cristo heredará para edificar Su reino milenario con Sus dos pueblos escogidos: los judíos que Él escogió como Su pueblo terrenal y los creyentes que Él escogió como Su pueblo celestial. La economía eterna de Dios consiste en que Dios gane para Sí a estos dos pueblos como tesoro.
Satanás, el enemigo de Dios, usa a las naciones para impedir que se lleve a cabo la economía de Dios. Los que invadieron y ocuparon la Tierra Santa, la tierra de Emanuel, están representados por la imagen humana descrita en Dn. 2, cuya cabeza es Babilonia. Los enemigos del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento comienzan con Babilonia (2 R. 24; 2 R. 25), que produjo Babel (Gn. 11:1-9). En el Nuevo Testamento, al enemigo del pueblo escogido de Dios, la iglesia, se le continúa llamando Babilonia: Babilonia la Grande (Ap. 17; Ap. 18). Al final, tanto la Babilonia religiosa (la apóstata Iglesia Romana) como la Babilonia material (la ciudad de Roma) serán destruidas, después de lo cual vendrá el reino. Incluso la aniquilación de Babilonia está incluida en la señal de una virgen que da a luz un hijo llamado Emanuel. La señal de Emanuel continúa siendo cumplida en la actualidad. Es, pues, una señal todo-inclusiva que abarca la Biblia desde Gn. 11 hasta Ap. 22. Véase la nota Is. 7:141d.
Cristo el Emanuel se convierte para el pueblo escogido de Dios en un santuario, esto es, el templo interior, el Lugar Santísimo, el lugar donde ellos, como sacerdotes de Dios, viven con Dios, le adoran y le sirven (Jn. 1:14; 2:19, 21; 14:23; 15:5; Ap. 21:22). Además, Él es para las naciones la piedra que las hiere (Mt. 21:44b; Dn. 2:34-35), así como una piedra contra la cual se golpean, una roca de tropiezo, trampa y lazo para los incrédulos y los que se oponen (Mt. 21:44a; 1 P. 2:7-8; Ro. 9:32-33; 1 Co. 1:22-23). Véanse las notas de Mt. 21:42 y Mt. 21:44.
O, entre ellos.
Es decir, la ley. Véase la nota Éx. 20:11.
El profeta Isaías y los hijos que Jehová le había dado tipifican a Cristo y Sus creyentes (He. 2:13b).