Que quizás significa Jah exalta, o Jah derriba; Jah es la forma abreviada de Jehová.
Que quizás significa Jah exalta, o Jah derriba; Jah es la forma abreviada de Jehová.
Lit., dado. Jeremías era sacerdote por nacimiento (v. 1), pero fue llamado por Dios para ser un profeta no solamente para la nación de Israel, sino también para todas las naciones (vs. 5-8). Por tanto, él era un sacerdote-profeta.
El contenido de la profecía de Jeremías es que Dios lleva a cabo Su economía al disciplinar en amor a Israel, Su elegido, con Su tierno cuidado, compasión y conmiseración, y al juzgar en justicia a las naciones como corresponde a Su amor, a fin de que Israel manifieste a Cristo —quien es su justicia divina (Jer. 23:6; 33:16) al ser para ellos su centralidad y universalidad— por medio de que ellos sean hechos una nueva creación que posee la ley interna de la vida divina y la capacidad propia de esta vida para conocer a Dios (Jer. 31:33-34).
Aquí arrancar, derrocar y destruir denotan que Jehová derriba, mientras que edificar y plantar denotan que Jehová exalta. Esto corresponde a los dos significados del nombre Jeremías (véase la nota Jer. 1:11). Que Jehová edifique y que Él plante conlleva necesariamente Su palabra. La palabra de Dios edifica a Cristo y planta a Cristo para que Cristo sea exaltado (Hch. 20:32; Mr. 4:14).
Esto guarda relación con la palabra velo, hallada en el v. 12. Aquí la vara de almendro significa que Dios vela sobre Su palabra a fin de cumplirla, esto es, Él hace cumplir Su palabra para que Israel sea castigado (cfr. Dt. 28:15-68).
Sobre la tierra se libra permanentemente una guerra entre Dios y aquellos que se oponen a Él y combaten contra Él. Dios no combate directamente por Sí mismo, sino por medio de Sus siervos que han sido enviados por Él. Ésta era la situación existente en tiempos de Jeremías. Dios envió Su ejército —un joven llamado Jeremías— a combatir contra aquellos que se oponían a Dios. Jeremías fue equipado por Dios al grado de llegar a convertirse en una ciudad fortificada, en columna de hierro y en muros de bronce. Debido a que Dios estaba con Jeremías para librarlo, los opositores no prevalecerían contra él (v. 19).