El cruce del río Jordán por parte de Israel no tipifica la muerte física de los creyentes, sino su experiencia personal de la muerte de Cristo, en la cual su viejo hombre es aniquilado y sepultado (Ro. 6:3-6; Gá. 2:20). La entrada de Israel en la buena tierra después de haber cruzado el Jordán no tipifica que los creyentes vayan al cielo después de morir, sino su experiencia de conquistar los lugares celestiales, donde están Satanás y su poder de las tinieblas (véase la nota Nm. 21:12 y la nota Ef. 6:124e). Que Israel cruzara el Jordán y entrara en la buena tierra se relaciona con que tomara posesión de la buena tierra y disfrutara de la misma, lo cual tipifica la experiencia práctica que tienen los creyentes de las riquezas de las bendiciones en Cristo reveladas en Efesios. Véase la nota Mt. 3:62b.
