Filipos era la ciudad principal de la provincia de Macedonia en el antiguo Imperio romano (Hch. 16:12). Por medio del primer viaje ministerial de Pablo a Europa (Hch. 16:10-12) la primera iglesia de Europa fue levantada en esta ciudad.
Filipos era la ciudad principal de la provincia de Macedonia en el antiguo Imperio romano (Hch. 16:12). Por medio del primer viaje ministerial de Pablo a Europa (Hch. 16:10-12) la primera iglesia de Europa fue levantada en esta ciudad.
Aquí no se nos habla de “los santos… y los que vigilan y los diáconos”, sino de “los santos… con los que vigilan y los diáconos”. Esto es muy significativo porque indica que en la iglesia local, los santos, los que vigilan y los diáconos no son tres grupos distintos. En la iglesia hay solamente un grupo compuesto por todos los santos (incluyendo a los que vigilan y a los diáconos), quienes son los que componen una iglesia local. Además, esto indica que en cada localidad debe haber solamente una iglesia con un solo grupo de personas el cual se compone de todos los santos de esa localidad.
Los que vigilan son los ancianos en una iglesia local (Hch. 20:17, 28). Anciano denota a la persona misma, mientras que vigilar denota su función. Así pues, uno que vigila es un anciano en ejercicio de su función. Aquí se menciona a los que vigilan en lugar de los ancianos, lo cual indica que los ancianos estaban cumpliendo con sus responsabilidades.
La palabra griega significa los que sirven. Los diáconos son los servidores en una iglesia local y están bajo la dirección de los que vigilan (1 Ti. 3:8). Este versículo, el cual muestra que una iglesia local se compone de los santos, con los que vigilan, los cuales toman la delantera, y con los diáconos, los cuales sirven; indica que la iglesia en Filipos estaba en buen orden.
Véase la nota Ef. 1:21a.
Véase la nota Ef. 1:22.
Aquí la palabra comunión significa participación, comunicación. Véase la nota Ro. 15:261. Los santos de Filipos tenían comunión en el evangelio, es decir, participaban en el progreso del evangelio por medio del ministerio del apóstol Pablo. Esta participación incluía sus contribuciones económicas al apóstol (Fil. 4:10, 15-16), lo cual resultó en el progreso del evangelio. Que tuvieran esta clase de comunión, que los guardó de ser individualistas y de pensar de otra manera, implica que eran uno con el apóstol Pablo y entre ellos. Esto les dio la base para experimentar y disfrutar a Cristo, que es el principal tema abordado en este libro. La vida en la cual se experimenta a Cristo y se le disfruta es una vida de participar en el progreso del evangelio, una vida caracterizada por la predicación del evangelio, no una vida individualista sino corporativa. Es por eso que tenemos la comunión en el progreso del evangelio. Cuanto más comunión tenemos en el progreso del evangelio, más de Cristo experimentamos y disfrutamos. Esto aniquila a nuestro yo y pone fin a nuestra ambición, preferencia y elección.
En este libro Pablo usó varias expresiones muy significativas en cuanto al evangelio, tales como: comunión en…el evangelio, la defensa y confirmación del evangelio (v. 7), el evance del evangelio (v. 12) y la fe del evangelio (v. 27). Cuando Pablo predicaba a Cristo como evangelio, dicha predicación incluía la comunión, la defensa, la confirmación, el avance y la fe. En contraste con ello, los creyentes judaizantes predicaban a Cristo por rivalidad, con un espíritu divisivo, por ambición egoísta, envidia y contienda, y no contribuían al avance del evangelio.
En un sentido negativo, la defensa del evangelio sirve para oponer resistencia a las herejías que lo pervierten y distorsionan, tales como el judaísmo, abordado en Gálatas, y el gnosticismo, tratado en Colosenses. En un sentido positivo, la confirmación del evangelio sirve para anunciar las revelaciones de los misterios de Dios en cuanto a Cristo y la iglesia, las cuales son presentadas en las epístolas del apóstol. Al predicar dicho evangelio según la economía de Dios, Pablo renunció a la religión, la ley, la cultura, las ordenanzas, las costumbres, los hábitos y toda clase de “ismo”, todo lo que no se relacione con la economía de Dios. Por predicar tal evangelio, Pablo era considerado una persona problemática, una plaga (Hch. 24:5).
Los copartícipes de la gracia son los que participan del Dios Triuno procesado como gracia y lo disfrutan. El apóstol era tal clase de persona en la defensa y confirmación del evangelio, y los santos de Filipos eran participantes con él de esta gracia.
O, de mi gracia. La gracia de Pablo era la gracia que él disfrutaba, la cual sobrepasaba sus sufrimientos en la defensa y confirmación del evangelio. Esta gracia no era el Dios objetivo, sino el Dios Triuno procesado como su porción subjetiva y en su experiencia.
Lit., entrañas, lo cual significa afecto profundo, y también tierna misericordia y compasión. En su añoranza por los santos, el apóstol era uno con lo que Cristo sentía en Sus entrañas, las tiernas partes internas de Cristo. Esto indica que para Pablo, disfrutar a Cristo equivalía a ser uno con las partes internas de Cristo, en las cuales él le disfrutaba como su suministro de gracia.
Los creyentes filipenses tenían mucho amor. Sin embargo, era necesario que su amor abundara, que rebosara más y más, no de manera necia sino en pleno conocimiento, y no en ignorancia sino en cabal discernimiento, para que pudieran poner a prueba y aprobar las cosas que diferían y que se distinguían por su excelencia. Esto debe incluir el discernimiento de las predicaciones diferentes del evangelio en los vs. 15-18 y de las diferentes clases de personas en Fil. 3:2-3.
Percepción sensata, tacto moral. Algunos de los filipenses habían sido distraídos de la economía de Dios a causa de la predicación de los creyentes judaizantes y, por eso, Pablo deseaba que no amaran a los judaizantes de manera necia, sino que los amaran sobriamente con un amor que abundara en pleno conocimiento y en una percepción sensata.
La palabra griega significa ser juzgados por la luz del sol. Es decir, de autenticidad comprobada; por consiguiente, puros, sinceros.
O, sin ofender a otros, sin causar tropiezo a otros.
El fruto de justicia es el producto vivo de la vida apropiada que los creyentes llevan mediante el elemento de la justicia y con una posición justa delante de Dios y del hombre. Dicha vida no puede vivirse mediante el hombre natural de ellos para que se gloríen en sí mismos, sino por medio de Jesucristo como la vida de los creyentes, experimentado por ellos para la gloria y alabanza de Dios.
Un avance logrado por los pioneros que abren brecha delante de un ejército para que éste continúe su marcha. Los sufrimientos de Pablo hicieron posible tal avance del evangelio.
La guardia imperial del césar.
Es decir, por la causa de Cristo.
Aquellos cristianos que se oponían a Pablo y su ministerio (2 Co. 10:7; 11:22-23). Incluso en tiempos del apóstol había algunos que predicaban el evangelio por envidia de Pablo y por contienda con él.
Espíritu divisivo, partidismo.
Los que tenían comunión con Pablo y participaban con él en la predicación del evangelio.
Interés personal, rivalidad, sectarismo.
Lit., presión. Aquellos que anunciaban a Cristo por ambición egoísta se esforzaban por hacerle más pesadas las cadenas a Pablo al menospreciarlo a él y su ministerio mientras externamente era puesto a un lado en su predicación. Pablo se encontraba en aflicción y en cadenas, no por predicar el evangelio sino por su defensa del evangelio. Los judaizantes mezclaron el evangelio con la ley y la circuncisión. Y Pablo defendió el evangelio. Fue esto lo que causó el tumulto que lo puso en cadenas (Hch. 21:27-36).
El corazón del apóstol había sido tan ensanchado por la gracia que hasta se regocijaba en que sus opositores predicaran a Cristo por pretexto. ¡Cuánta rectitud de espíritu! Esto fue el resultado de la operación de la vida, naturaleza y mente de Cristo, quien vivía en el apóstol. La experiencia que él tenía de Cristo era su disfrute. Tal vida se regocija sin importar cuáles sean las circunstancias.
Ésta es la suministración del Cuerpo de Cristo, el cual es la iglesia. El encarcelamiento no aisló a Pablo del Cuerpo de Cristo ni lo privó de la suministración del Cuerpo.
La palabra griega se refiere a la suministración de todo lo que necesitaba el coro por parte del corega, el director del coro. La abundante suministración del Espíritu todo-inclusivo era dada a Pablo para que pudiera vivir a Cristo y magnificarlo en sus sufrimientos por Él.
En la Biblia, la revelación con respecto a Dios, a Cristo y al Espíritu es una revelación progresiva. El Espíritu se menciona primero como Espíritu de Dios, en relación con la creación (Gn. 1:2). Luego es mencionado como Espíritu de Jehová, en el contexto de la relación de Dios con el hombre (Jue. 3:10; 1 S. 10:6); después, como Espíritu Santo, en relación con la concepción y el nacimiento de Cristo (Lc. 1:35; Mt. 1:20); más adelante, como Espíritu de Jesús, en relación con el vivir humano del Señor (Hch. 16:7) y como Espíritu de Cristo, en relación con la resurrección del Señor (Ro. 8:9); y finalmente aquí es mencionado como Espíritu de Jesucristo.
El Espíritu de Jesucristo es “el Espíritu” mencionado en Jn. 7:39. Éste no es meramente el Espíritu de Dios antes de la encarnación del Señor, sino el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo con divinidad, después de la resurrección del Señor, al cual se le añadió la encarnación del Señor (Su humanidad), Su vivir humano bajo la cruz, Su crucifixión y Su resurrección. El ungüento santo para la unción mencionado en Éx. 30:23-25, un compuesto de aceite de oliva y cuatro clases de especias, es un tipo completo del Espíritu de Dios compuesto, quien ahora es el Espíritu de Jesucristo. Aquí no es el Espíritu de Jesús (Hch. 16:7) ni el Espíritu de Cristo (Ro. 8:9), sino el Espíritu de Jesucristo. El Espíritu de Jesús se relaciona principalmente con la humanidad del Señor y con Su vivir humano; el Espíritu de Cristo se relaciona principalmente con la resurrección del Señor. Para experimentar la humanidad del Señor, como se muestra en Fil. 2:5-8, necesitamos el Espíritu de Jesús. Para experimentar el poder de la resurrección del Señor, mencionado en 3:10, necesitamos el Espíritu de Cristo. El apóstol, en su sufrimiento, experimentó tanto el sufrimiento del Señor en Su humanidad como la resurrección del Señor. Por tanto, para él, el Espíritu era el Espíritu de Jesucristo, el Espíritu compuesto, todo-inclusivo y vivificante del Dios Triuno. Tal Espíritu tiene, y aun es, la abundante suministración para una persona como el apóstol, quien experimentaba y disfrutaba a Cristo en Su vivir humano y en Su resurrección. A la postre, este Espíritu compuesto, el Espíritu de Jesucristo, viene a ser los siete Espíritus de Dios, que son las siete lámparas de fuego delante del trono de Dios, los cuales llevan a cabo Su administración en la tierra a fin de efectuar Su economía con respecto a la iglesia, y que también son los siete ojos del Cordero, los cuales transmiten a la iglesia todo lo que Él es (Ap. 1:4; 4:5; 5:6).
La misma palabra griega que se encuentra en 2:12. Ésta es la salvación que, según 2:12, uno tiene que llevar a cabo; significa ser sustentado y fortalecido para vivir a Cristo y magnificarle (véase la nota Fil. 2:124a). Esto requiere la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo.
Cuando el apóstol sufría en su cuerpo, Cristo era magnificado, es decir, era mostrado o declarado grande (ilimitado), exaltado y loado. Los sufrimientos del apóstol le concedieron la oportunidad de expresar a Cristo en Su grandeza ilimitada. El apóstol quería que solamente Cristo fuese magnificado en él, no la ley ni la circuncisión. Este libro muestra cómo experimentar a Cristo. Magnificar a Cristo en cualquier circunstancia es experimentarlo con el máximo disfrute.
La vida de Pablo consistía en vivir a Cristo. Para él, el vivir era Cristo, no la ley ni la circuncisión. No deseaba vivir la ley sino a Cristo, ni deseaba ser hallado en la ley, sino en Cristo (Fil. 3:9). Cristo no era sólo su vida, sino también su vivir. Él vivía a Cristo porque Cristo vivía en él (Gá. 2:20). Él era uno con Cristo tanto en vida como en el vivir que llevaba. Él y Cristo tenían una misma vida y un mismo vivir. Vivían juntos como una sola persona. Cristo vivía dentro de Pablo como la vida de Pablo, y Pablo manifestaba a Cristo como el vivir de Cristo. La experiencia normal que tenemos de Cristo es vivirlo a Él, y vivirlo es magnificarlo siempre, sin importar cuáles sean las circunstancias en que nos encontremos.
La palabra ganancia se refiere a estar con Cristo a un grado mayor. Pero en cuanto a llevar a cabo el propósito eterno de Dios, estar con Cristo no puede compararse con vivir a Cristo por el bien de Su Cuerpo. Por eso, Pablo optó por vivir a Cristo.
Estar con Cristo es un asunto de grado, no de lugar. Pablo deseaba estar con Cristo a un grado mayor, aunque ya estaba con Él constantemente. Por medio de su muerte física, estaría con Cristo en un grado aun mayor que el que disfrutaba en esta vida terrenal.
La consideración del apóstol no era egoísta, sino que procuraba el bien de los santos. Estaba totalmente ocupado con el Señor y con la iglesia.
Progreso se refiere al crecimiento en vida, y gozo, al disfrute de Cristo.
La palabra griega significa jactancia, gloria y regocijo.
Como atletas.
Lit., con una sola alma. Para experimentar a Cristo no sólo necesitamos mantenernos firmes en un mismo espíritu, sino que también necesitamos combatir unánimes junto con la fe del evangelio. Ser unánimes, o sea tener una sola alma, para la obra del evangelio es más difícil que mantenerse en un mismo espíritu para experimentar a Cristo (véase Fil. 2:20). Tener una sola alma requiere que, después de ser regenerados en nuestro espíritu, sigamos adelante y seamos transformados en nuestra alma, especialmente en nuestra mente, la cual es la parte principal y gobernante de nuestra alma.
Aquí la fe es personificada. Los creyentes deben combatir con una sola alma junto con la fe personificada (cfr. la nota 2 Ti. 1:83e).
Destrucción de todo lo que son y de todo lo que hacen.
Salvación de todo lo que uno es y hace. Véase la nota Fil. 1:194d y la nota Fil. 2:124a.
Esto implica que el creyente tiene una unión orgánica con Cristo al creer en Él. Creer en Cristo es introducir nuestro ser en el Suyo para que los dos puedan ser uno orgánicamente.
ACERCA DE LA PREPOSICIÓN GRIEGA EIΣ
Dada la dificultad en traducir la preposición griega εις, hemos usado la preposición en acompañada de un asterisco (*en).
En cuanto al uso de la preposición griega en el Nuevo Testamento, véase Mt. 28:19, nota 4; Jn. 3:16, nota 2; Hch. 2:38, nota 3, punto 2; 1 Co. 1:2, nota 5; 1 Co. 6:17, nota 1; Gá. 3:27, nota 1 y Fil. 1:29, nota 1.
Sufrir por causa de Cristo, después de haberle recibido y de haber sido hechos uno con Él al creer en Él, es participar de Sus sufrimientos, es decir, tener comunión en Sus padecimientos (Fil. 3:10) a fin de experimentarle y disfrutarle en Sus sufrimientos. Esto es vivirle a Él y magnificarle en medio de una situación en la cual Él es rechazado y sufre oposición.
Pablo era un modelo establecido por la gracia de Dios para Su economía neotestamentaria (1 Ti. 1:14-16). Los creyentes neotestamentarios deben experimentar y disfrutar a Cristo viviéndole y magnificándole, tal como Pablo lo hizo en sus sufrimientos por Cristo, a fin de participar de la gracia juntamente con Pablo.